Según la RAE, ful es algo falso o fallido. No hay mejor título para definir este documental-película, en la que no se cumplen las dos espectativas que nos propone. Una es mostrar como son realmente los jugadores de futbol en sus concentraciones. Dos, mostrar su erotismo. Siendo producida por Marco Berger y a tenor de lo que esto implica, sumado a la homoerotización de trailer, cartel y demás publicidad, podemos decir que no cumple ni con una ni con otra de las propuestas. No hay más guión que el monólogo desganado del narrador y de una inutilidad y autojustificación pésimas. Los futbolistas de ese equipo, no los futbolistas de otro equipo, intentan ser naturales ante el hermanito de uno de ellos, que se quiere colar a espiarles en las duchas para contemplar su masculinidad plena. No lo consigue. Imagino a estos muchachotes que vocalizan tan mal en su mayoría, en el estreno del documental-película, sonrojándose al sentirse un pelín engañados ante lo que el director les propuso y lo que se vió en la pantalla: minutos y minutos de vacío.