"Let's Be Happy" es una película musical filmada en Escocia que supuso la despedida cinematográfica de la actriz y bailarina Vera-Ellen, conocida principalmente por su colaboración en números de danza interpretados junto a Fred Astaire, Gene Kelly, y Donald O'Connor.

El argumento del film es muy simplista, una joven estadounidense con ascendencia escocesa hereda de su abuelo mucho dinero y para celebrarlo decide visitar la tierra de su antepasado. Para ello viaja primero a París y después a Escocia, siendo cortejada por un viajante de comercio y un lord venido a menos. Todo ello entrelazado con canciones mediocres de Nicholas Brodszky y Paul Francis Webster, cantadas por Tony Martin, y bailes más o menos pintorescos.

Vera-Ellen intenta poner energía y vitalidad a su personaje y resulta, con diferencia, lo mejor del film junto al vestuario en el que luce diversos vestidos y las escenas de exteriores en Edimburgo. Por contra, sus pretendientes Tony Martin y Robert Flemyng resultan bastante sosos y aportan poco al conjunto.