"The Ringer" es un thriller británico en blanco y negro que supuso el debut como director de Guy Hamilton, que luego se haría famoso principalmente por rodar cuatro películas de la serie de James Bond, siendo la primera "Goldfinger" (1964).

Basada en una novela de 1925 del prestigioso escritor de novelas de misterio Edgar Wallace ("The Gaunt Stranger") y en la adaptación que se hizo para teatro en 1929, "The Ringer" es un noir británico cuya trama se centra en un esquivo ladrón y maestro de los disfraces que nadie conoce que fue declarado muerto en Australia, pero que ahora se cree que ha regresado a Gran Bretaña para vengarse de un abogado sin escrúpulos a quien considera responsable de la muerte de su hermana, encontrada ahogada. Como prevención, Scotland Yard confina al abogado en su casa y le pone protección policial.

La película cuenta con buenos diálogos, una historia atractiva y clásica de suspense y algunos personajes bien construidos e interpretados, destacando especialmente Herbert Lom el papel del elegante y afable abogado sin escrúpulos. Está muy bien acompañado por magníficos secundarios como Mai Zetterling, Greta Gynt, William Hartnell y Denholm Elliott. Sin embargo, en mi opinión, hay dos importantes defectos en "The Ringer" que hacen que no termine de funcionar del todo. Por una parte, cualquiera que haya visto películas policíacas o haya leído novelas de detectives adivinará sin ningún problema y muy pronto quién es el potencial asesino y esto, sin duda, le resta misterio al desarrollo de la historia. Por otra parte, hay algunos elementos cómicos y burlescos -especialmente por parte del personaje que interpreta Donald Wolfit- que no terminan de encajar en el contexto de una historia clásica de suspense.