Un acto de valor es lo que estos magníficos soldados estadounidenses llevan a cabo en sus misiones de rescate y atacando a malvados terroristas. Se trata del enésimo panfleto de exacerbado patriotismo yanqui que Hollywood exporta al resto del mundo. Evidentemente no se puede negar que es una completa americanada, tanto que hasta da un poco de grima.
Sin embargo, quitémonos los prejuicios. Se trata de una película que recrea la acción bélica de forma original y curiosa. Para empezar no está hecha con actores profesionales sino con auténticos soldados. Además, cuenta con un punto a favor: la filmación de muchos planos con cámara subjetiva en primera persona. Por tanto no podemos dejar de recordar a la exitosa saga de videojuegos "Call of Duty". Incluso las armas que llevan estos marines son las mismas que en el juego.
El argumento es testimonial y lo que importa son las escenas de acción, que están bastante bien. Tenemos descenso en paracaídas, vehículos aéreos, lanchas patrulleras, todo tipo de armas y explosivos. Hay muchos tiroteos, incursiones y muertes.
Desgraciadamente, el resto de la película no está a la altura ni mucho menos. Cuando las ametralladoras paran, no hay mucho más que contar, y se nota. Esto hace que el conjunto final esté lejos de ser redondo.
Una buena película para los seguidores del cine de acción bélico. Pero poco más.