Este documental da lo que se puede esperar de él: preciosas imágenes llenas de colorido y extrañísimas formas de vida y comportamiento animal que ni en los acuarios creo que sean fáciles de encontrar. Como ejemplo, criaturas como el gusano "árbol de Navidad" o la almeja gigante.
Está bien adornado con música y la narración de Arnold y la familia Cousteau, que amenizan un visionado de alta calidad filmado a la perfección con las técnicas más avanzadas.
Está claro que han tenido que trabajar a conciencia para conseguir captar estas imágenes, de ahí mi abultada nota.
Y es que cuando un documental como este se estrena en cines, aunque sea de forma limitada, siempre hay que tenerlo en cuenta porque no es el típico de delfines y ballenas que ponen en "la 2" a la hora de la siesta. De hecho, me ha parecido mejor de lo que ya me esperaba, una auténtica maravilla para la vista.
Además, no dan demasiado la lata con el mensaje ecologista, que no es que no tenga una importancia vital, pero que a estas alturas creo que ya la mayoría lo conocemos y hay otros documentales de Al Gore o aquel en el que participó Leonardo DiCaprio para informarse mejor de ese tema.
Aun así, tengo que reconocer que está un escalón por debajo de otros espectaculares documentales, como por ejemplo los de los franceses que hicieron "Microcosmos" y "Génesis", o los de Jacques Perrin (que parece que los mejores profesionales del documental brutal sean siempre galos).