Netflix parece insistir en generar basura en 2021 como churros como si quisiera batir algún récord, y en este caso siguiendo la línea de esa actualización y homenaje al “slasher” que ya hicieron (y mal) con “La calle del terror”.
Que a nadie le engañe que James Wan sea el productor, porque poca calidad de cine de terror vamos a encontrar aquí.
Y eso que no soy muy exigente con este subgénero. Revisando mis notas en filmaffinity, he llegado a aprobar cosas como “Un san Valentín de muerte” o “Cherry Falls”. Así que, o bien con la edad he subido el listón, o simplemente es que esto es una maldita bazofia.
Podemos empezar por decir que tenemos a unos descerebrados, repelentes y odiosos personajes. Deseo que mueran, sí, pero cuando llega el asesino nunca se ensaña con ellos lo suficiente para mi gusto.
El susodicho no utiliza un disfraz, arma o forma de matar en condiciones que haga que esto valga la pena. Y por supuesto no da el más mínimo miedo.
Los crímenes son tan simples y bruscos (sobre todo para cualquier espectador que tenga un mínimo bagaje), que casi parece que la estuvieran haciendo para todos los públicos.
La casi nula trama en la que no han empleado muchas neuronas, es tan floja que me da igual quién se salve o quién sea el asesino.
No hay ninguna situación emocionante, ni siquiera la más mínima personalidad. Cualquiera podría haber ideado un guion mejor, pues no es más que un mal cóctel de clichés, previsibilidad y mucho aburrimiento.
Luego está lo de la diversidad a la fuerza que lo inunda todo y que ya empieza a cansar.
La banda sonora es horrible y parece una mala copia de “Stranger things”.
En fin, mejor no seguir. Básicamente todo está mal. Solo podría gustarle a gente tan joven que no haya visto prácticamente nada de cine como este.
No lo olvidéis. Solo hay un homenaje al “slasher”, y se titula “Scream”.