No solo es que salga el cómico de efímero éxito Seann William Scott, sino que toda la película es una clarísima “hija” de “American pie”, con todo ese humor verde y chavales descerebrados que solo piensan en el sexo.
Como todo ese cine, pues no está pensados para ganar premios en la “Berlinale” ni hacer historia de la comedia tampoco. Es tan buena o mala como la gracia que te hagan sus chistes y personajes frikis.
A mí me gusta, porque me río bastante con ella y paso un buen rato con sus locuras, en este viaje donde pasa de todo mientras el chalado Tom Green se queda a cargo de la mascota en la Universidad.
“Road trip” no es mucho más que 90 minutos desenfadados de buen humor, con el que podemos desconectar el cerebro y pasar un muy buen rato.
Para mí, los mejores momentos son los del puente y lo de la serpiente, así como la buena noche que pasa Kyle (el peculiar DJ Qualls).
Por cierto, ¡madre mía cómo vemos aquí a Amy Smart!