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Voto de Major Reisman:
4
Drama. Comedia Berlín, octubre de 1989. Unos días antes de la caída del Muro, la madre de Alex, una mujer orgullosa de sus ideas comunistas, entra en coma. Cuando despierta ocho meses después, su hijo hará lo posible y lo imposible para que no se entere de que está viviendo en una Alemania reunificada y capitalista. Su objetivo es convertir el apartamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo en el que su madre ... [+]
15 de febrero de 2007
28 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Especie de "remake" de una película de Louis de Funes que se titulaba "El abuelo congelado" o algo así (el título en francés es Hibernatus). En aquella película una moderna expedición al polo encontraba a un antiguo explorador del siglo XIX congelado. Este era el antepasado de Louis de Funes. Lo consiguen reanimar, pero para evitar que sufriera un shock psicológico lo que hacen es disponer una casa antigua y a todos sus descendientes y personal sanitario disfrazados como personajes del XIX. Se suceden una serie de situaciones divertidas en las que Louis de Funes siempre paga el pato, pero al final evidentemente, el antepasado descubre el pastel al encontrar una televisión que le muestra las imágenes del mundo real. Claro que a esas alturas Louis de Funes ha perdido los nervios y se ha hecho congelar para que le despierten en el futuro.

Esta película parte de una idea similar, pero aquí en lugar de congelación tenemos una situación clínica. "Good bye Lenin" tiene momentos divertidos que copian a los gags de aquella película francesa, e incluso algunas escenas de películas más modernas como "el show de Truman" cuando este descubre que es solo un personaje. Pero a diferencia de Truman, aquí el personaje parece preferir quedarse en la ficción que arriesgarse a descubrir el mundo real.

El tono de comedia es la excusa para mostrarnos la idea nostalgica de que en la Republica Democrática Alemana en el fondo se vivía mejor. Con el socialismo real y la democracia popular "Papá Estado" pensaba por nosotros y gracias a la Stasi nos vigilábamos los unos a los otros. Había seguridad y teníamos casa, trabajo, pepinillos y astronautas. Ahora en cambio solo tenemos inseguridad, deudas, TV satélite, paro y hamburguesas yanquis. Y encima podemos pensar por nosotros mismos y expresarnos libremente ¡Que asco!

De todas formas debo reconocer que se deja ver. Además, la interpretación de Katrin Sass es bastante buena, y que al contrario de la película de Louis de Funes, el montaje que tiene que hacer Daniel Bruhl para emular la afortunadamente extinta RDA se lo traga él solito. Me reí bastante con los videos y la búsqueda de los pepinillos.

Saludos
Major Reisman
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