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Voto de Argoderse:
9
Thriller. Western. Drama. Acción Toby (Chris Pine), un joven padre divorciado, y su impulsivo hermano Tanner (Ben Foster), un expresidiario recién salido de la cárcel, se dirigen al Oeste de Texas para realizar una serie de robos en unas pocas sucursales bancarias. El objetivo de Toby es intentar poder conseguir el dinero suficiente como para poder salvar la granja familiar, que está en peligro. Nada más cometer el primer robo, un veterano Ranger de Texas (Jeff ... [+]
16 de diciembre de 2016
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el minuto uno, la cinta de Mackenzie destila ese aroma de las novelas de Cormac McCarthy. En especial No es país para viejos, novela que tan espléndidamente llevaron al cine los Coen. En Comanchería, claro está, el cineasta británico le pone su propio sello, gracias también al magnífico guión de Taylor Sheridan (Sicario).

La película está muy bien definida y cada uno de sus personajes tiene sus momentos de gloria bien marcados. Por un lado, Chris Pine y Ben Foster. Los dos están perfectos. Pine, que ha dejado de ser solo una cara guapa, demuestra un talento interpretativo sobresaliente. Él es la parte noble del dúo. Una suerte de Robin Hood que se venga, con sobriedad, de un sistema que le ha jodido por completo, como al resto de sus paisanos. Por el contrario, Foster no tiene nada de noble. Es un salvaje. Es la acción personificada. El de Boston está impecable con ese toque desagradable y divertido al mismo tiempo que le imprime a su personaje. Igual de espectacular que en su papel como Lance Armstrong.

En el otro lado del ring se erige un descomunal Jeff Bridges. Sin palabras. Domina la pantalla y los tiempos casi sin pestañear. Está desatado, cómodo en su papel y terriblemente cómico. Incluso con esos chistes racistas que solo se entienden en ese ambiente hostil que es el territorio comanche. Bridges simboliza a esa generación, ya perdida, que encarna nobles valores al servicio de la ley. Da toda una lección de interpretación en un papel que le viene al dedo, como ese detective audaz y que, pese a los contratiempos de la vida, se adapta como un camaleón. Y gracias a él brilla también un sorprendente Gil Birmingham. Eso sí, a la zaga de los otros tres ases, pero sin desentonar.

Con semejante reparto en estado de gracia, Comanchería se asegura un triunfo absoluto. Aunque por sí sola, la película es ya de por sí una obra magnífica. Primero porque la cámara de Mackenzie nos devuelve al oeste en pleno siglo XXI. Planos sensacionales del interior de Norteamerica, como en Nebraska. De una tierra baldía, inhóspita y salvaje que ha dado vida a las historias más legendarias de forajidos singulares. Cualquier 'vaquero' que se os venga a la cabeza, bien podrían ser Chris Pine y Ben Foster, solo que ellos van en coche y no a caballo.

Segundo, porque el filme da voz y nombre a esa parte de la sociedad norteamericana a la que se le mira por encima del hombro, la cual soporta a sus espaldas guerras, crisis y todo tipo de avatares sin ninguna contraprestación, pero siempre está ahí para sacar las castañas del fuego cuando se la necesita. Una población ridiculizada y jodida que, cierto es, se acaba revelando contra los poderosos -ya sean los bancos o esos elitistas que todavía se preguntan porque ha ganado Donald Trump las elecciones-. Una clase que se manifiesta en varias secuencias de la película a modo de silencio activo en favor de la pareja de ladrones o antihéroes.

Así Comanchería es una oda a ese cine clásico de historias como las de Bonnie and Clye, El enemigo público o Un botín de 500.000 dólares. Películas que llenan el vaso del entretenimiento hasta rebosar pero que, además, dejan un poso reflexivo muy estimulante. Y de paso, juntan en pantalla a tres actores: Jeff Bridges, Chris Pine y Ben Foster, que se merecen una alfombra roja, como poco. 'Chapeau'.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
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Argoderse
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