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Voto de Argoderse:
7
Comedia. Drama. Romance Mucho tiempo después de su curso de Erasmus en España, Xavier está casado y tiene dos hijos, pero aun así sigue encontrando la vida muy complicada. Cuando su mujer se traslada a Nueva York por razones de trabajo, incapaz de soportar la situación, decide seguirla con los niños. Tercera entrega de la saga que comenzó con "L'auberge spagnole" y "Las muñecas rusas". (FILMAFFINITY)
14 de mayo de 2014
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por tercera vez, el actor, director y guionista francés, Cédric Klapisch, rescata a su personaje más emblemático para ¿cerrar? su particular trilogía que arrancó con la fascinante Una casa de locos y Las muñecas rusas. En tres actos, el galo ha logrado narrar la evolución personal de los personajes y, en especial, el tránsito de la juventud a la madurez de un escritor como otro cualquiera, sencillo y que, eso sí, no para de correr y correr por la vida, saltando todos los obstáculos que se le presentan y que, por otro lado, consiguen sacar más de una sonrisa.

Como si de un puzzle se tratara, Klapisch lanza desde los títulos de crédito las piezas que componen la obra, llevando a cabo una laboriosa mezcla que poco a poco se va montando hasta lograr dar con la respuesta que Xavier -fantástico Romain Duris- ansía desde que apareció por primera vez en pantalla: es la vida un drama, una comedia o una mezcla de ambas. Lo bueno es que, al final, cada uno sacará sus propias conclusiones y eso es un auténtico acierto del realizador francés.

Al igual que en sus predecesoras, la presencia femenina juega un papel vital en la cinta y, por añadidura, en la vida de Xavier. Repiten Audrey Tautou (Amelie, La espuma de los días), como Martine, cuya transformación resulta de lo más hilarante, protagonizando parte de los momentos más cómicos del filme; Cécile de France (El niño de la bicicleta, Más allá de la vida), que da vida a Isabelle, inseperable amiga de Xavier, lesbiana y la que tal vez más de los cuatro protagonistas se niegue a madurar; y Kelly Reilly (Sherlock Holmes, El vuelo), metiéndose en la piel de Wendy, exmujer de Xavier, quizá la menos evolucionada de todos, lineal desde que la vimos por vez primera en Una casa de locos, histérica y que se marcha a la gran manzana con sus hijos, lo que provoca el éxodo de Xavier y destapa el tarro que se consume a lo largo de la cinta. Tres mujeres radicalmente opuestas unidas por su relación con nuestro querido escritor.

La peculiaridad de esta trilogía radica, esencialmente, en el choque entre culturas. Lo vimos en la primera y segunda entrega y aquí, como no podía ser de otra forma, vuelve a repetirse. En esta ocasión, el rocambolesco rompecabezas de historias y personajes tiene un toque asiático al situarse gran parte de la trama en el barrio chino neoyorkino, la popular Chinatown.

Con recursos como la voz en off de Duris, planos desenfrenados y giros de cámara oportunos, Klapisch despierta al espectador cuando el sopor empieza a relucir. Una película que seguirá enamorando a los que quedamos prendados de Una casa de locos y que entretendrá y despertará más de una sonrisa a aquellos que, por primera vez, se aproximan a una historia que habla del intercambio cultural, la amistad, la paternidad y el eterno paso de la juventud a la madurez. En definitiva, un delicioso rompecabezas chino a la francesa.

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Argoderse
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