Una de las mejores películas italianas de los últimos tiempos. Con la estética de "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina", la joven actriz de "Il futuro" nos introduce en una historia realista y melancólica. Una historia minimalista, tranquila, sin sobresaltos, donde todo se acomoda a la modorra cotidiana. Impecable la actuación de Rutger Hauer. Con apatía van ocurriendo sucesos que en otros directores se hubieran transformado en catastróficos, y con esa misma apatía esos sucesos se van disgregando en el aire rutinario de una Roma de Clase media. Si quieren pasar un rato agradable se las recomiendo.