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España España · Madrid
Voto de Naran:
10
Drama. Romance Tres personas adultas se ven atrapadas en un triángulo amoroso de devastadoras consecuencias. Nadie es inocente, se manipula a quien se quiere, los secretos salen a la luz y el resultado es que todos son infieles. Un emotivo drama con guión autobiográfico de Ingmar Bergman que obtuvo muy buenas críticas. (FILMAFFINITY)
14 de marzo de 2008
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un escritor vive en una isla, batallando con una novela basada en sus recuerdos de una historia de amor. Su nombre es Bergman. Una "voz" le habla, a la que permite transformarse en mujer, en una actriz a la que llama Marianne. Es a través de ella que la historia se desvela. Marianne está felizmente casada con Markus, un exitoso director de orquesta con el que tiene una hija de nueve años, Isabelle. El mejor amigo de Markus es David, divorciado dos veces y que frecuenta la casa de Marianne y Markus además de ser el cuentacuentos favorito de Isabelle. Una noche, mientras Markus está ausente, David les visita. Pero algo cambia, y lo que era una amistad platónica segura entre Marianne y David se altera de repente.
Infiel, 2000. Liv Ullmann dirige con mano sabia esta adaptación de un texto autobiográfico de Ingmar Bergman y le sale una película incluso más bergmaniana que las del propio director. Un personaje surgido de la creatividad atascada del viejo escritor llamado Bergman, con el que dialoga, relata un episodio de la vida sentimental de éste, o de sus fantasías, quien sabe. Un triángulo amoroso en el que él juega el papel de amante, que pugna por asomarse al terrorífico enemigo de los escritores: el folio en blanco. La soledad del artista ante el miedo, encerrado en una isla con el propósito de crear una novela, le lleva a la genialidad que, como casi siempre, proviene de la idea más peregrina y menos comercial. El personaje central, al que da vida de un modo asombroso Lena Endre, sabiamente dirigida, no persigue un autor, sino que se inventa su propia historia, casi sobre la marcha, a partir de una infidelidad que nace sólo de la imaginación del autor. O no.
Sin recurrir nunca a lo obvio, entre el maestro y la mano sabia de Liv Ullmann pintan un cuadro de sentimientos que deslumbra en esta inteligente película, en la que el cineasta deja trazos de su biografía para hacer las paces con el pasado. “Perdonar al joven de entonces, aunque nunca al viejo de ahora”.
Tras la presentación de los personajes y del idilio llega la tempestad, densa y con una fuerza dramática extraordinaria. Infiel, ¿deslealtad consciente o acto no voluntario?. Aquí casi no hay bien ni mal. Los principios morales no están a la orden del día. Los personajes juegan a amar hasta el límite, sin juzgar a nadie. Pero siempre hay alguien que sufre… Las interpretaciones alcanzan una riqueza expositiva rica en matices, como pocas veces se ha visto y la exposición de los hechos penetra en el espectador más exigente hasta deshacerlo en pedacitos. Imposible quedar indiferente.
En un querer sin querer. Es tan intensa que duele. El pesimismo de Bergman no es normal, pero sin él sus películas no habrían significado tanto para el cine. Infidelidad y soledad. Como un espejo.
Naran
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