Al principio parece que es la típica película de médicos abnegados en medio de condiciones tercermundistas. Luego te vas dando cuenta de que las cosas van tomando otro cariz distinto. Y por último no sabes si sorprenderte o sonreirte al visionar el final de la trama.

Todo esto podría haber sido muy interesante si toda la secuencia de escenas hubiese tenido consistencia dramática. Pero, por desgracia, todo está rodado a trompicones, mostrando situaciones poco convincentes. Nada queda debidamente explicado. Las reacciones de los personajes oscilan entre la ingenuidad y la furia desatada.

Da la impresión de que a la película le faltan o le sobran condimentos. Y, por consiguiente, queda todo la acción dramática a medio cocer.