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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
9
Drama El 6 de mayo de 1938, Hitler visita Roma. Es un día de fiesta para la Italia fascista, que se vuelca en el recibimiento. En una casa de vecinos sólo quedan la portera, un ama de casa, Antonietta y Gabriele, que teme a la policía por algún motivo desconocido. Al margen de la celebración política, Antonietta y Gabriele establecen una relación afectiva muy especial que les permite evadirse durante unas horas de la tristeza y monotonía de ... [+]
6 de junio de 2010
82 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
… y dejó a solas a Mastroniani y a Loren.

El encontronazo entre ambos es un momento culminante en el sinsentido de sus vidas. Apenas unas horas, mientras nos radian la retórica del discurso fascista en las calles de Roma, la pareja escapa a la cerrazón del régimen, a la opresión que se respira fuera de ese edificio que les sirve de refugio. El inmueble que se hace cómplice de sus confesiones, frustraciones existenciales, abusos maritales, orientaciones sexuales.

La película, magistralmente interpretada por estos dos grandes, con una Loren abatida y en bata, de zapatillas rotas, cabello descuidado y un Marcelo impecable pero deprimido, guasón pero destronado de su propia vida, es una apuesta por internarse en la psicología de una mujer que acepta lo que le ha venido dado, sin posibilidad de renuncia o siquiera escarceo hasta el momento en que conoce al vecino homosexual amante de las novelas de Alexandre Dumas. Él, encuentra en esa mujer madre de seis hijos, esclava marital, ignorante, rendida a los encantos de Mussolini a su confidente. A la única persona en el mundo que será capaz de comprender cuáles son sus ansias, cuál su indolencia, dejadez, apatía.

El único momento en sus vidas en que se han recuperado el uno al otro, en que han vuelto a ser ellos mismos, en que han sido libres. En el que dos completos desconocidos empatizan al grado de salvarse el uno al otro.

Hitler y Mussolini en las calles, arrastrando a la muchedumbre, han dejado por una jornada particular, que dos personas recuperen y vivan las únicas horas de libertad de sus anodinas vidas.

Sin duda lo mejor de esta magistral película es el logro de esa atmósfera asfixiante que se cuela de la calle al inmueble y a través de las ondas y los megáfonos que radian el desfile de cuando Adolf, encontró a Benito. Además de las sublimes interpretaciones, en especial de Sofía. El momento sublime, el baile bajo las sábanas rotas en la terraza. El momento culminante, esa tortilla compartida.

Qué poco hace falta para convertir una película en una obra maestra que rinde homenaje a algo tan grande como escaso: la libertad.

Haciendo alusión a la crítica de Pas, que os gustará; amigo: yo no me avergonzaría de ser italiana. Al contrario, me enorgullecería de que Ettore Escola haya impartido una clase magistral sobre la idisincrasia de su propio pueblo. Qué buena es la autocrítica y qué poco la valoramos en este país en el que no nos aguantamos los unos a los otros.

Cuando llegue el día en que una película denuncie lo que Franco hizo en su Patria, sin demagogias, sin rojos y fascistas a la gresca, sin escatológicos momentos como los de Berlanga en “La Vaquilla” (único cineasta digno de obrar el milagro, por cierto) quizás en ese momento, puede ser, llegue sentir algo de eso que Escola consiguió para Italia, con esta obra maestra y para su redención: orgullo.

Muy recomendable, primero para Berlusconi; luego, para todos vosotros.
Valkiria
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