No conozco mucho de la filmografía de Brad Anderson pero sí puedo tirar de tres precedentes que pueden orientarnos hacia su estilo narrativo e inconfundible sello en esta película protagonizada por una Halle Berry al borde del colapso nervioso: "El maquinista", "Transsiberian" y casi nada: "The Wire". Si bien, para con las dos primeras, de producción española, no tengo muchos halagos que regalar, para con "The Wire" es evidente que todo su público se deshace en elogios.

"The Call" es taquicárdica. Un thriller inquietante que puede picotear de “El silencio de los corderos”, salvando las distancias y sin un Annibal Lecter de por medio y de las producciones tan de moda últimamente sobre teléfonos y llamadas de últimatum: “Cellular” o “Última llamada”, ambas bastante prescindibles.

Pero no ésta. Halle Berry es una operadora del servicio de emergencias con el puñetero trabajo más jodido del mundo. Un psicópata pirado secuestra a una chica para saciar sus delirios nostálgicos e incestuosos. Desde ya, comienza una trepidante búsqueda a contrarreloj por toda la ciudad guiada por Berry, quien se mantiene en contacto telefónico con la víctima. El secuestro se produce a tiempo real. En sus manos está el intentar conseguir salvar a la chica, “jugando” con todo a su contra a ser Dios e intentando desconectar emocionalmente del trance, cosa que le costará demasiado.

Hay tensión, hay impotencia, nervios y el ritmo se mantiene imparable hasta el final. Flaquea quizás hacia los últimos minutos por forzarse una situación llevada al límite. Y sin embargo, en el ultimísimo momento se resuelve lo no convencional, lo cual le suma enteros.

Halle Berry luce una buena interpretación y está claro que la chica lo vale. Ella es la diferencia entre la vida y la muerte. Quien decide el destino a través de un puesto de operadora y de una línea telefónica. A ciegas pero con una sagaz psicología. Michael Eklund, el actor que interpreta al asesino también resulta convincente y lo mejor: una vez empezada la película uno se topa de repente, sin siquiera percatarse, con los créditos finales.

Recomendable para los amantes del vértigo y no apta para quienes padezcan trastornos de ansiedad.