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Voto de Miquel:
8
7,4
6.644
Drama
Paul Javal (Michel Piccoli), un dramaturgo francés, acepta reescribir algunas escenas para "La Odisea", una película que se va a rodar en Capri bajo la dirección del renombrado director alemán Fritz Lang (Fritz Lang). En un primer encuentro con el productor norteamericano, el arrogante Prokosch (Jack Palance), el escritor deja que su mujer, la bella Camille (Brigitte Bardot), se vaya en el coche con el productor a la finca de éste. Este ... [+]
19 de abril de 2010
62 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sexto largometraje de Jean-Luc Godard (París, 1930), es una de sus películas más conocidas y acreditadas. El guión, del Godard, adapta libremente la novela “Il disprezzo” (1954), de Alberto Moravia (Roma, 1907-1990). Se rueda en escenarios naturales de Roma y Capri. Producido por Georges de Beauregard (el productor de la “Nouvelle vague”), Carlo Ponti y Joseph L. Levine para Roma-París Films (París), Films Concordia (París) y Compagnia Champion (Roma), se estrena el 29-X-1963 (Italia).
La acción dramática tiene lugar en Roma y Capri durante varias semanas del verano de 1963. Paul Javal (Piccoli) y su joven esposa, Camilla (Bardot), forman una pareja enamorada de recién casados. Paul, que se dedica a escribir obras de teatro, acaba de recibir una oferta para escribir el guión de una nueva adaptación de la Odisea, de Homero, al cine. Se la ha planteado el productor norteamericano Jeremy “Jerry” Prokosch (Palance), que desea un guión más comercial que el que le ha propuesto Lang (Lang). Paul es indeciso, indolente y poco resolutivo. Camilla, de 20 años, es celosa, sensible, independiente y muy atractiva. Jerry, de media edad, es arrogante, fanfarrón y oportunista. Lang, de unos 70 años, encarna al cineasta acreditado, insobornable y riguroso, que sabe que el cine está por encima del dinero y la fama.
El film suma drama, comedia, romance y cine en el cine. Construye un relato en el que se superponen tres líneas narrativas que se desarrollan en paralelo, entrelazando secuencias, diálogos, observaciones y propuestas. No sólo no se interfieren, sino que a aprovechan las interrelaciones que se dan entre ellas. El hilo conductor viene dado por la historia de amor. Sobre ella descansa una profunda reflexión sobre las relaciones entre arte y cine, cine y comercialidad, cine y realidad, etc. Se añaden referencias a episodios de la historia de Ulises, Penélope y Poseidón, que constituyen el material de rodaje del film en el que se trabaja. Entre las tres líneas narrativas Godard establece relaciones, cruces, coincidencias y paralelismos.
Se advierte que Paul, Camilla y Jerry se comportan como encarnaciones vivas de Ulises, Penélope y Poseidón. Una observación adicional permite descubrir relaciones entre Paul, Camille y Jerry con el trío formado por Godard, Ana Karina y Joseph L. Levine. La asimilación más patente es la de Godard y Paul por el uso continuado del sombrero y la afición a los cigarros puros. El paralelismo de Camilla y Ana Karina, pareja entonces de Godard, lo pone de manifiesto la peluca negra de Camille. Los problemas de la historia de ficción evocan y reflejan los de la pareja real de Godard y Ana Karina. Los problemas de Godard con los productores, en especial con Levine, se glosan a través del conflicto entre Paul y el americano Jerry. Por lo demás, Godard se explica a sí mismo a través de la figura eminente de Lang, el cineasta admirado y, a la vez, entronizado como figura capital del cine de todos los tiempos.
La acción dramática tiene lugar en Roma y Capri durante varias semanas del verano de 1963. Paul Javal (Piccoli) y su joven esposa, Camilla (Bardot), forman una pareja enamorada de recién casados. Paul, que se dedica a escribir obras de teatro, acaba de recibir una oferta para escribir el guión de una nueva adaptación de la Odisea, de Homero, al cine. Se la ha planteado el productor norteamericano Jeremy “Jerry” Prokosch (Palance), que desea un guión más comercial que el que le ha propuesto Lang (Lang). Paul es indeciso, indolente y poco resolutivo. Camilla, de 20 años, es celosa, sensible, independiente y muy atractiva. Jerry, de media edad, es arrogante, fanfarrón y oportunista. Lang, de unos 70 años, encarna al cineasta acreditado, insobornable y riguroso, que sabe que el cine está por encima del dinero y la fama.
El film suma drama, comedia, romance y cine en el cine. Construye un relato en el que se superponen tres líneas narrativas que se desarrollan en paralelo, entrelazando secuencias, diálogos, observaciones y propuestas. No sólo no se interfieren, sino que a aprovechan las interrelaciones que se dan entre ellas. El hilo conductor viene dado por la historia de amor. Sobre ella descansa una profunda reflexión sobre las relaciones entre arte y cine, cine y comercialidad, cine y realidad, etc. Se añaden referencias a episodios de la historia de Ulises, Penélope y Poseidón, que constituyen el material de rodaje del film en el que se trabaja. Entre las tres líneas narrativas Godard establece relaciones, cruces, coincidencias y paralelismos.
Se advierte que Paul, Camilla y Jerry se comportan como encarnaciones vivas de Ulises, Penélope y Poseidón. Una observación adicional permite descubrir relaciones entre Paul, Camille y Jerry con el trío formado por Godard, Ana Karina y Joseph L. Levine. La asimilación más patente es la de Godard y Paul por el uso continuado del sombrero y la afición a los cigarros puros. El paralelismo de Camilla y Ana Karina, pareja entonces de Godard, lo pone de manifiesto la peluca negra de Camille. Los problemas de la historia de ficción evocan y reflejan los de la pareja real de Godard y Ana Karina. Los problemas de Godard con los productores, en especial con Levine, se glosan a través del conflicto entre Paul y el americano Jerry. Por lo demás, Godard se explica a sí mismo a través de la figura eminente de Lang, el cineasta admirado y, a la vez, entronizado como figura capital del cine de todos los tiempos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El estilo narrativo es depurado y sumamente estilizado. Prescinde de artificios, oropeles y adornos, aunque no de la ironía y el humor. Hace uso de los recursos expresivos con una parquedad y una economía de medios tan severa como emocionante. Nada hay en el relato que sea gratuito o innecesario. La sencillez de la historia se ve reforzada por la de su exposición. La historia y las reflexiones que la acompañan hablan con claridad, transparencia y sinceridad. En ocasiones se producen estallidos de sentimientos, que se explican sin palabras, sin aspavientos, sin gestos grandilocuentes y sin redobles de sonido. Se ven, se adivinan o se sienten, simplemente.
La cinta rinde homenaje al cine. Cita, de una u otra manera, a grandes realizadores, como Chaplin, Griffith, Hawks, Hitchcock, Lang, Rossellini, Ray, Minnelli, Antonioni, etc. Cita a actores, como Chaplin, Dean Martin, Ana Karina, Bardot, Palance, John Wayne, Janet Leigh, Elsa Martinelli, etc. Cita títulos de grandes películas, como “Hatari”, “Psicosis”, “La aventura”, “Te querré siempre”, “Vivir la vida”, etc. Godard se permite la gozada de referirse a algunos de los autores de la poesía (Dante, Hölderling...), el teatro (Brecht), la novela (Moravia), la crítica de cine (Bazin). No menor complacencia demuestra en sus citas de personajes de la antigüedad clásica, como Homero, y de la mitología griega (Zeus, Minerva...).
Los principales temas del film son la incomunicación humana en general y de la pareja, el pesimismo existencial, la soledad, la fragilidad y el carácter efímero del amor de pareja, la importancia de la experimentación en cine y en todos loa ámbitos de la técnica y del saber, la importancia de la belleza visual, la luz y los colores, el esplendor de la naturaleza, la trascendencia del arte, etc. Son escenas para la memoria la erótica conversación de la pareja en la cama tras una larga sesión de sexo, la conversación de la pareja en el apartamento romano, la huida de Paul por las calles derruidas de los decorados de Cinecittà, etc.
La banda sonora, de Georges Delerue (“Jules y Jim”, Truffaut, 1961), aporta una partitura de violines y orquesta, de tonos clasicistas, que deviene el signo identificativo mejor recordado del film. La fotografía, de Raoul Coutard (“Pierrot, el loco”, Godard, 1965), aporta una visualidad luminosa, de colores naturales, con predominio de los primarios, en especial los blancos, azules y verdes. Compone encuadres a media y larga distancia, con escasos primeros planos. Se sirve de tomas largas, planos secuencia y largas escenas, no exentas de cierto estatismo.
Bibliografia
- Edward BUSCOMBE, “El desprecio”, ‘1.001 películas que hay...’, pág. 412, Grijalbo ed., Barcelona 2010 (10ª edición, actualizada).
- Augusto M. TORRES, “El desprecio”, ‘Cine mundial’, pág. 256-257, Espasa ed., Madrid 2006.
La cinta rinde homenaje al cine. Cita, de una u otra manera, a grandes realizadores, como Chaplin, Griffith, Hawks, Hitchcock, Lang, Rossellini, Ray, Minnelli, Antonioni, etc. Cita a actores, como Chaplin, Dean Martin, Ana Karina, Bardot, Palance, John Wayne, Janet Leigh, Elsa Martinelli, etc. Cita títulos de grandes películas, como “Hatari”, “Psicosis”, “La aventura”, “Te querré siempre”, “Vivir la vida”, etc. Godard se permite la gozada de referirse a algunos de los autores de la poesía (Dante, Hölderling...), el teatro (Brecht), la novela (Moravia), la crítica de cine (Bazin). No menor complacencia demuestra en sus citas de personajes de la antigüedad clásica, como Homero, y de la mitología griega (Zeus, Minerva...).
Los principales temas del film son la incomunicación humana en general y de la pareja, el pesimismo existencial, la soledad, la fragilidad y el carácter efímero del amor de pareja, la importancia de la experimentación en cine y en todos loa ámbitos de la técnica y del saber, la importancia de la belleza visual, la luz y los colores, el esplendor de la naturaleza, la trascendencia del arte, etc. Son escenas para la memoria la erótica conversación de la pareja en la cama tras una larga sesión de sexo, la conversación de la pareja en el apartamento romano, la huida de Paul por las calles derruidas de los decorados de Cinecittà, etc.
La banda sonora, de Georges Delerue (“Jules y Jim”, Truffaut, 1961), aporta una partitura de violines y orquesta, de tonos clasicistas, que deviene el signo identificativo mejor recordado del film. La fotografía, de Raoul Coutard (“Pierrot, el loco”, Godard, 1965), aporta una visualidad luminosa, de colores naturales, con predominio de los primarios, en especial los blancos, azules y verdes. Compone encuadres a media y larga distancia, con escasos primeros planos. Se sirve de tomas largas, planos secuencia y largas escenas, no exentas de cierto estatismo.
Bibliografia
- Edward BUSCOMBE, “El desprecio”, ‘1.001 películas que hay...’, pág. 412, Grijalbo ed., Barcelona 2010 (10ª edición, actualizada).
- Augusto M. TORRES, “El desprecio”, ‘Cine mundial’, pág. 256-257, Espasa ed., Madrid 2006.