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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
7
Drama Historia de un niño de nueve años llamado Frankie (Jack Mcelhone) y de su madre, Lizzie (Emily Mortimer), que siempre están moviéndose de un lugar para otro. Como no quiere contarle a su hijo la verdad, Lizzie se ha inventado una historia para satisfacer la curiosidad del pequeño Frankie. Cada cierto tiempo manda una carta a Frankie de su supuesto padre, que está embarcado en un navío viajando a tierras lejanas. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2005
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película de Shona Auerbach. Se rodó del 17/III al 7/V de 2003, con un presupuesto de 4/5 millones de dólares. Se estrenó en el Festival de Triberca y formó parte de las secciones oficiales de los Festivales de Cannes, LA y Toronto.

La acción tiene lugar en Glasgow y alrededores, en 2003. Narra la historia de un niño de 9 años y medio, sordo, que vive con su madre, Lizzie (Emily Mortimer) y su abuela, Nell (Mary Riggans). La madre, con el hijo y la abuela, cambia de lugar de residencia con frecuencia. El niño echa en falta al padre, por ello la madre concibe la idea de explicarle un relato fantástico: le dice que trabaja en un barco mercante que viaja por el mundo. Para complacerle, éste recibe con cierta regularidad cartas del padre, que él contesta, explicando sus vivencias, juegos, experiencias, etc. El objetivo de la película es describir un amor sin reservas, sin barreras y sin límites, como el que siente una madre por el hijo. Es un amor de renuncias y entrega, de afecto y sacrificios: no espera y no quiere nada a cambio. Es un amor que no adopta actitudes de sobreprotección: la madre inscribe al niño en el colegio del barrio, quiere que tenga amigos normales y que las personas le traten con normalidad. La película exalta la actitud de la madre, que quiere para el hijo una vida sin remilgos y sin diferencias compasivas. El niño, pese a la sordera, entiende lo que le dicen, se da a entender con el lenguaje de signos y expone su mundo interior a través de las cartas que escribe al padre. La madre manifiesta recelos respecto de los hombres, está asustada por algo oculto, que sólo se desvelará en parte hacia el final de la obra, pero la represión que vive puede tener remedio: la breve relación con "el desconocido" demuestra que para ella hay esperanza. Los instintos paternales se manifiestan con fuerza compulsiva y su arrastre puede ser irrefrenable.

La banda musical acaricia el film sin perder entidad. Sobresalen los solos de piano y guitarra, la balada "Reprise" y la bonita canción "Everyone Will Have Their Day". "Macarena" y "La conga" aportan la cuota festiva. La fotografía, de la directora, utiliza colores neutros, o casi neutros, en los fondos, planos medios y primeros planos. Se diferencian por la intensidad de los tonos. Añade luces filtradas, tamizadas y dispersas (niebla, cortina, visillo). Los colores y un dibujo brillante dan a la obra una templada y cálida belleza visual. El guión, realizado por una debutante muy preparada, define bien los personajes, pone en su boca las palabras justas y hace uso del buen humor. La interpretación del niño (en su segunda intervención en cine) y la de la madre son excelentes. La dirección trasmite serenidad, ternura, equilibrio y normalidad.

Película basada en un antiguo guión de 15 minutos. Habla de amor, amistad, dolor reprimido y redención. Repudia la compasión. El título es el encabezamiento de las cartas que el niño recibe.
Miquel
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