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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
7
Drama Ema es una mujer de una belleza desafiante, y no sólo para Carlos, su marido, con quien se casó sin amor. Su gusto por el lujo y lo refinado, las ilusiones que tiene por la vida, el deseo que inspira a los hombres... todo ello le hace valedora del sobrenombre "La pequeña Bavary". (FILMAFFINITY)
2 de enero de 2006
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra culminante del veterano Manoel de Oliveira, inspirada en la figura de Madame Bovary, según la versión que de ella hizo Agustina Bessa-Luís en su novela "Vale Abraao". Rodada en la cuenca portuguesa del Duero, en las quintas de Monsul y Vesúvio (Peso de Régua), exalta los paisajes insólitos de los cultivos intensivos en bancales. Obtuvo premios y menciones en diversos festivales (Cancún, Ginebra, Tokyo, Sao Paulo, Cannes).

La acción tiene lugar en varias mansiones rurales de la cuenca del Duero a lo largo de un período de aproximadamente medio siglo entre los años 40 y 90. Narra la historia de Ema (Leonor Silveira), mujer de gran belleza y poderoso atractivo, hija única, enferma a los 5 años le quedó una leve cojera, perdió a la madre a los 6 años y quedó al cuidado de su padre, perezoso y egoista. Practicamente no salió de su casa hasta los 14 años. Por indicación del padre contrajo matrimonio sin amor con el doctor Carlos Paiva (Luis Miguel Cintra) y fue madre de Loreto y Luisona. Al hilo de la narración, el autor analiza los estragos machistas de la alta sociedad terrateniente, la atribución a la mujer de papeles marginales, los ambientes de celos y envidias que animan a una sociedad ensimismada, el desinerés por la formación, el desprecio por la cultura, la presencia abrumadora de la religión, la indolencia de muchos y el absentismo de otros, el recurso al pasado como justificación del propio status, el desinterés por el progreso, el apego a códigos morales estrictos y a la doble moral, el rechazo de la antigua explotación colonial y los silencios sobre la explotación actual de los no favorecidos. En este marco de mediocridad y prejuicios, Ema se siente impulsada a afirmar su libertad, romper las cadenas de códigos anacrónicos de conducta, a provocar y escandalizar y a buscar una vida asentada en la búsqueda del lujo, el refinamiento y la seducción como fuentes de plenitud personal. Tres amantes no impiden que su vida caiga en un estado de desilusión inexorable.

La música aporta fragmentos de Beethoven, Fauré, Debussy, Schuman y Chopin. La fotografía, muy lírica, se fija en detalles (libro abierto de Madame Bovary, oratorio, fuego de la chimenea, ejemplar de "A Muralha", de Agustina Bessa-Luís, fuego de la chimenea) y muestra preferencia por los espacios abiertos y los colores azules (preferidos de Ema). El guión combina la acción con un extenso texto del narrador, de factura esteticista, difícil de seguir en algunos momentos. Desgrana un interesante recorrido a través de una sociedad poblada de personajes singulares (la sordomuda Ritinha, el apuesto Fortunato). La narración se pone en boca de Loreto, la hija mayor de Ema. La interpretación es convincente, en especial la de Leonor Silveira. La dirección brilla en la creación de ambientes y en el movimiento de actores.

La película, que ofrece una visión basicamente femenina, cautiva y deleita pese a su largo metraje.
Miquel
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