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Voto de Miquel:
7
6 de marzo de 2009
41 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film realizado por Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack poco antes de “King Kong” (1933). El guión, de James Ashmore Creelman, adapta el relato breve “The Most Dangerous Game”, de Richard Connell, publicado en “Collier’s Weekly” (9-I-1924). Se rueda en California (Rancho Palos Verdes, Long Beach, San Pedro Bay, Redondo Beach...) y en los platós de RKO Studios, con un presupuesto de 200.000 USD. Producido por Merian C. Cooper y David O. Selznick para RKO Pictures, se estrena el 16-IX-1932 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en Barracuda, una remota e imaginaria isla del Pacífico, antigua posesión portuguesa, rodeada de peligrosos arrecifes de coral y separada del Continente por un canal sólo navegable por embarcaciones de poco calado. En ella vive el conde Zaroff (Banks), de la antigua aristocracia rusa, que huyó con su fortuna de la Revolución Rusa (1917). Le acompaña un sirviente sordomudo, el cosaco Iván (Johnson) y dos sirvientes tártaros. A la isla llega el náufrago Bob Rainsford (McCrea), que encuentra en casa de Zaroff a la simpática y atractiva Eve Trowbridge (Wray) y a su hermano Martin (Armstrong), víctimas de un naufragio anterior. Zaroff, aficionado a la caza mayor, fue herido en la cabeza por un búfalo en África. El accidente le dejó secuelas físicas en el rostro y mentales. Mediante la manipulación de las señales marítimas provoca naufragios frecuentes. Zaroff es de media edad, se ha criado en Crimea, es de ascendencia cosaca y alcanzó el grado de general zarista. Es culto, aficionado a la lectura y toca bien el piano. Es mentiroso y obsesivo. Bob es generoso y le agrada ayudar a los demás. Eve es una atractiva muchacha de ojos de color miel.
El film suma aventura, thriller, horror, terror, misterio y romance. Pese a su antigüedad, presenta un bonito juego de planos medios y primeros planos, hace un uso imaginativo de la iluminación, crea con acierto ambientes tenebrosos, construye una buena atmósfera de tensión y suspense y hace uso de símbolos, indicaciones y sugerencias, que extienden y completan algunos extremos relevantes del relato.
La isla es el lugar que da visibilidad al espacio indefinido en el que habitan la perversidad y la brutalidad humanas. Junto a ellas se hallan la locura, los afanes de matar, los deseos sanguinarios y las pasiones sádicas. Oculta en el silencio de su lejanía muestras de los extremos a los que puede llegar la monstruosidad humana. Como es habitual en estos casos, la isla se halla lejos del territorio de EEUU y a ella sólo se puede acceder tras un largo viaje. En ella hay ataques de tiburones, ataques de perros de presa y animales salvajes, que amenazan la vida sin contemplaciones. Hay precipicios, aguas pantanosas, niebla...
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en Barracuda, una remota e imaginaria isla del Pacífico, antigua posesión portuguesa, rodeada de peligrosos arrecifes de coral y separada del Continente por un canal sólo navegable por embarcaciones de poco calado. En ella vive el conde Zaroff (Banks), de la antigua aristocracia rusa, que huyó con su fortuna de la Revolución Rusa (1917). Le acompaña un sirviente sordomudo, el cosaco Iván (Johnson) y dos sirvientes tártaros. A la isla llega el náufrago Bob Rainsford (McCrea), que encuentra en casa de Zaroff a la simpática y atractiva Eve Trowbridge (Wray) y a su hermano Martin (Armstrong), víctimas de un naufragio anterior. Zaroff, aficionado a la caza mayor, fue herido en la cabeza por un búfalo en África. El accidente le dejó secuelas físicas en el rostro y mentales. Mediante la manipulación de las señales marítimas provoca naufragios frecuentes. Zaroff es de media edad, se ha criado en Crimea, es de ascendencia cosaca y alcanzó el grado de general zarista. Es culto, aficionado a la lectura y toca bien el piano. Es mentiroso y obsesivo. Bob es generoso y le agrada ayudar a los demás. Eve es una atractiva muchacha de ojos de color miel.
El film suma aventura, thriller, horror, terror, misterio y romance. Pese a su antigüedad, presenta un bonito juego de planos medios y primeros planos, hace un uso imaginativo de la iluminación, crea con acierto ambientes tenebrosos, construye una buena atmósfera de tensión y suspense y hace uso de símbolos, indicaciones y sugerencias, que extienden y completan algunos extremos relevantes del relato.
La isla es el lugar que da visibilidad al espacio indefinido en el que habitan la perversidad y la brutalidad humanas. Junto a ellas se hallan la locura, los afanes de matar, los deseos sanguinarios y las pasiones sádicas. Oculta en el silencio de su lejanía muestras de los extremos a los que puede llegar la monstruosidad humana. Como es habitual en estos casos, la isla se halla lejos del territorio de EEUU y a ella sólo se puede acceder tras un largo viaje. En ella hay ataques de tiburones, ataques de perros de presa y animales salvajes, que amenazan la vida sin contemplaciones. Hay precipicios, aguas pantanosas, niebla...
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Contrapone a Zaroff el personaje de Bob Rainsford, aficionado a la caza, estudioso del tema y autor de varios libros famosos de aventuras de caza. Para él la caza es un deporte sometido a reglas y limitaciones, un juego reglado y una afición sujeta a plazos, cotos, control de armas y licencias. En ocasiones duda de que sea un deporte legítimo y no acepta su validación en base a hechos naturales, como la conducta de la fauna depredadora. Situado en la isla y sometido a condiciones específicas, se comporta de un modo asimilable al de su antagonista. Monta trampas malayas, trampas de tigre y otras, con lo que demuestra que en el interior del alma humana, incluso en la de las personas pacíficas e inocentes, se ocultan instintos capaces de impulsar conductas tan brutales como las simbolizadas por el arco tártaro, la rueda de las torturas, la sala de los trofeos, la tenebrosa casa gótica, etc.
Las referencias sexuales son sutiles y están sólo sugeridas, pero son bastante claras. La mujer no recibe el mismo trato que el hombre en Barracuda. La impotencia de Zaroff hace que la mujer quede en manos del sirviente cosaco y de los sirvientes tártaros, casi tan salvajes como los habitantes naturales de la isla.
El relato de Connell ha sido adaptado al cine en varias ocasiones, como ocurre en “Huida hacia el sol” (Boulting, 1956). Numerosos films se inspiran en la figura de Zaroff o en partes del argumento, como “Octopussy” (Glen, 1983), “El hombre de la pistola de oro” (Hamilton, 1974), “Depredador” (McTiernan, 1987) etc.
La música, de Max Steiner, crea una partitura instrumental vigorosa en la que predominan las ambientaciones dramáticas y trágicas. Destaca el acompañamiento de la secuencia de caza con una composición dominada por el sonido del cuerno de guerra. Otro corte memorable es el que describe el rapto de una muchacha por el sirviente cosaco. Como música adaptada ofrece la composición “A Moment in the Dark” (C. Lombardo). La fotografía, de Henry W. Gerrard (“Cautivo del deseo”, Cromwell, 1934), en B/N, hace uso de una estética expresionista, que genera tensión e inquietud.
Película famosa en su tiempo, que ha tenido una notable trascendencia sobre el cine. Algo olvidada actualmente, merece atención y análisis, especialmente de los aficionados al cine clásico.
Las referencias sexuales son sutiles y están sólo sugeridas, pero son bastante claras. La mujer no recibe el mismo trato que el hombre en Barracuda. La impotencia de Zaroff hace que la mujer quede en manos del sirviente cosaco y de los sirvientes tártaros, casi tan salvajes como los habitantes naturales de la isla.
El relato de Connell ha sido adaptado al cine en varias ocasiones, como ocurre en “Huida hacia el sol” (Boulting, 1956). Numerosos films se inspiran en la figura de Zaroff o en partes del argumento, como “Octopussy” (Glen, 1983), “El hombre de la pistola de oro” (Hamilton, 1974), “Depredador” (McTiernan, 1987) etc.
La música, de Max Steiner, crea una partitura instrumental vigorosa en la que predominan las ambientaciones dramáticas y trágicas. Destaca el acompañamiento de la secuencia de caza con una composición dominada por el sonido del cuerno de guerra. Otro corte memorable es el que describe el rapto de una muchacha por el sirviente cosaco. Como música adaptada ofrece la composición “A Moment in the Dark” (C. Lombardo). La fotografía, de Henry W. Gerrard (“Cautivo del deseo”, Cromwell, 1934), en B/N, hace uso de una estética expresionista, que genera tensión e inquietud.
Película famosa en su tiempo, que ha tenido una notable trascendencia sobre el cine. Algo olvidada actualmente, merece atención y análisis, especialmente de los aficionados al cine clásico.