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Voto de Miquel:
7
7,1
3.420
Cine negro. Intriga. Drama
Un escritor intenta demostrar la deficiencia de las leyes y la ineficacia de la policía, colocando falsas pruebas contra sí mismo en un caso de asesinato. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2010
43 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última película del ciclo americano de Fritz Lang (Viena, 1890 – L.A., 1976). El guión de Douglas Marrow desarrolla un argumento original creado por el mismo. Se rueda en platós de RKO Studios (Hollywood), con un presupuesto de serie B. Producido por el productor independiente Bert E. Friedlob para RKO, se estrena el 5-IX-1956 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar a lo largo de un tiempo dilatado en una ciudad americana media, capital de un Estado de la Unión. El prometedor novelista Tom Garret (Andrews) y Austin Spencer (Blackmer), director de un diario local influyente, proyectan una mascarada que ha de permitir poner al descubierto los errores de la policía y del sistema judicial al objeto de mostrar la improcedencia de la pena de muerte. Garrett tiene relaciones sentimentales con Susan Spencer (Fontaine), hija de Austin. Éste es un hombre de prestigio, talante liberal y enemigo de la pena capital. Tom, que acaba de publicar con éxito su primera novela, es educado, correcto y flemático. Susan es elegante, sofisticada y quiere casarse cuanto antes.
El film suma crimen, cine negro, drama y thriller. Cuenta con el equipo básico de producción de “Mientras Nueva York duerme” (1956), constituye la segunda colaboración de Lang con el productor independiente Bert E. Friedlob y es una de las últimas películas de la RKO, abocada a la quiebra, que es adquirida (1957) por Lucille Ball y Desi Arnaz (Desilu). Los estudios son vendidos 10 años más tarde a la Paramount.
El tema de portada del film es la pena de muerte, una de las cuestiones de preocupación constante de Lang, tratada por él en diversas ocasiones anteriores. Como tema complementario aborda la problemática de las limitaciones y errores del sistema judicial, con especial referencia a los que se relacionan con condenas a muerte. Añade una detallada reflexión antropológica, filosófica y metafísica sobre la debilidad y escasa consistencia de los fundamentos en los que se suele asentar la defensa de la pena capital. Como temas adicionales analiza las figuras del falso culpable, los sentimientos y conciencia de culpabilidad y la caprichosa, inabordable y avasalladora fuerza del destino y la fatalidad. Se ocupa, por último, de un tema más general y desolador, íntimamente ligado a sus obsesiones de siempre: la exploración de la naturaleza de la condición humana, la presencia natural e inevitable de la maldad en el interior del alma humana, la imposibilidad de disociación del ser humano y la pulsación del egoísmo, la hipocresía, la ambición, la envidia, el odio, la insolidaridad, la sed de venganza, la crueldad, la mezquindad y la frialdad respecto de los sentimientos y situaciones de los demás.
La acción dramática tiene lugar a lo largo de un tiempo dilatado en una ciudad americana media, capital de un Estado de la Unión. El prometedor novelista Tom Garret (Andrews) y Austin Spencer (Blackmer), director de un diario local influyente, proyectan una mascarada que ha de permitir poner al descubierto los errores de la policía y del sistema judicial al objeto de mostrar la improcedencia de la pena de muerte. Garrett tiene relaciones sentimentales con Susan Spencer (Fontaine), hija de Austin. Éste es un hombre de prestigio, talante liberal y enemigo de la pena capital. Tom, que acaba de publicar con éxito su primera novela, es educado, correcto y flemático. Susan es elegante, sofisticada y quiere casarse cuanto antes.
El film suma crimen, cine negro, drama y thriller. Cuenta con el equipo básico de producción de “Mientras Nueva York duerme” (1956), constituye la segunda colaboración de Lang con el productor independiente Bert E. Friedlob y es una de las últimas películas de la RKO, abocada a la quiebra, que es adquirida (1957) por Lucille Ball y Desi Arnaz (Desilu). Los estudios son vendidos 10 años más tarde a la Paramount.
El tema de portada del film es la pena de muerte, una de las cuestiones de preocupación constante de Lang, tratada por él en diversas ocasiones anteriores. Como tema complementario aborda la problemática de las limitaciones y errores del sistema judicial, con especial referencia a los que se relacionan con condenas a muerte. Añade una detallada reflexión antropológica, filosófica y metafísica sobre la debilidad y escasa consistencia de los fundamentos en los que se suele asentar la defensa de la pena capital. Como temas adicionales analiza las figuras del falso culpable, los sentimientos y conciencia de culpabilidad y la caprichosa, inabordable y avasalladora fuerza del destino y la fatalidad. Se ocupa, por último, de un tema más general y desolador, íntimamente ligado a sus obsesiones de siempre: la exploración de la naturaleza de la condición humana, la presencia natural e inevitable de la maldad en el interior del alma humana, la imposibilidad de disociación del ser humano y la pulsación del egoísmo, la hipocresía, la ambición, la envidia, el odio, la insolidaridad, la sed de venganza, la crueldad, la mezquindad y la frialdad respecto de los sentimientos y situaciones de los demás.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pese a la complejidad que supone la estratificación de temas, el discurso narrativo destila simplicidad, sencillez y facilidad. Tampoco se percibe de inmediato el profundo pesimismo de los planteamientos de Lang, su concepción trágica de la vida y su angustiosa concepción del ser humano.
El estilo del film viene definido por el uso de formas depuradas, intensamente estilizadas y exentas de todo lo superfluo o no estrictamente necesario. La decoración es de una sobriedad deprimente, la sucesión de encuadres no está sometida a oscilaciones de tonos, no se hace uso de contrastes de luz, no hay ningún adorno visual, gestual o de lenguaje, abundan las formas geométricas gélidas (líneas rectas, triángulos, rectángulos...), el discurso es breve, esencialista y abstracto. Es la película de Lang más estilizada, la más esencialista y posiblemente la más difícil. Por su singularidad, constituye un trabajo de gran interés cinéfilo. Éste se apoya, además, en la ambigüedad y la capacidad de interrogación del film. El espectador se siente impulsado a plantearse preguntas sobre las verdaderas intenciones de los personajes, sus ambiciones reales, sus dobleces, su maldad, etc. Todos son interesados, egoístas, hipócritas, insensibles... ¿Cuál es el peor?
Son escenas memorables la de la ejecución inicial de un reo, el primer plano del indulto, la introducción de la TV como soporte narrativo, la elíptica escena final y otras.
La banda sonora, de Herschel Burke Gilbert, ofrece una partitura dramática, que combina pasos de marcha fúnebre, cortes inquietantes y melodías de aires trágicos. Se añade la canción original “Beyond the Reasonable Doubt”, que canta el grupo The Hi-los. La fotografía, de William Snyder, en B/N, construye espacios opresivos, desnudos y realistas (celdas de la prisión, sala de fiestas de striptease, comedor del club...). Se rueda en formato convencional de 35 mm., pero en salas se exhibe en superscope, que distorsiona la correcta percepción de los ambientes.
Bibliografía
- Aldo VIGANÒ, “La justicia en el cine de Lang”, ‘Dirigido por’, nº 367, pág. 76-79, mayo 2007.
- Quim CASAS, “Fritz Lang”, Cátedra ed., pág. 218-222, Madrid 2001 (segunda edición).
El estilo del film viene definido por el uso de formas depuradas, intensamente estilizadas y exentas de todo lo superfluo o no estrictamente necesario. La decoración es de una sobriedad deprimente, la sucesión de encuadres no está sometida a oscilaciones de tonos, no se hace uso de contrastes de luz, no hay ningún adorno visual, gestual o de lenguaje, abundan las formas geométricas gélidas (líneas rectas, triángulos, rectángulos...), el discurso es breve, esencialista y abstracto. Es la película de Lang más estilizada, la más esencialista y posiblemente la más difícil. Por su singularidad, constituye un trabajo de gran interés cinéfilo. Éste se apoya, además, en la ambigüedad y la capacidad de interrogación del film. El espectador se siente impulsado a plantearse preguntas sobre las verdaderas intenciones de los personajes, sus ambiciones reales, sus dobleces, su maldad, etc. Todos son interesados, egoístas, hipócritas, insensibles... ¿Cuál es el peor?
Son escenas memorables la de la ejecución inicial de un reo, el primer plano del indulto, la introducción de la TV como soporte narrativo, la elíptica escena final y otras.
La banda sonora, de Herschel Burke Gilbert, ofrece una partitura dramática, que combina pasos de marcha fúnebre, cortes inquietantes y melodías de aires trágicos. Se añade la canción original “Beyond the Reasonable Doubt”, que canta el grupo The Hi-los. La fotografía, de William Snyder, en B/N, construye espacios opresivos, desnudos y realistas (celdas de la prisión, sala de fiestas de striptease, comedor del club...). Se rueda en formato convencional de 35 mm., pero en salas se exhibe en superscope, que distorsiona la correcta percepción de los ambientes.
Bibliografía
- Aldo VIGANÒ, “La justicia en el cine de Lang”, ‘Dirigido por’, nº 367, pág. 76-79, mayo 2007.
- Quim CASAS, “Fritz Lang”, Cátedra ed., pág. 218-222, Madrid 2001 (segunda edición).