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Voto de Miquel:
7
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Drama. Romance
Un empresario maduro que ama apasionadamente a su joven y bella mujer, teme que lo esté traicionando, por lo que decide vigilarla por medio de una agencia de detectives. Cuando ella era estudiante estuvo perdidamente enamorada de Guido, un compañero de clase que era el novio de su mejor amiga. Ópera prima de Antonioni. (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2009
46 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer largometraje de Michelangelo Antonioni (1912-2007), que realiza tras 7 cortometrajes. El guión, de Michelangelo Antonioni, Danièle d’Anza, Silvio Giovanetti, Francesco Maselli y Piero Tellini, desarrolla un argumento de M. Antonioni, que guarda semejanzas con el de “The Postman Always Rings Twice” (1934), de James M. Cain (1934). Se rueda en escenarios reales de Milán y Ferrara. Obtiene el premio Silver Ribbon (Nardo d’Argento) a la mejor banda sonora. Producido por Franco Villani y Stefano Caretta para Villani Film y Fincine, se proyecta por primera vez en publico el 11-X-1950 (Italia).
La acción dramática tiene lugar en Ferrara y Milán durante los meses del invierno de 1950. La joven Paola (Bosé), de 27 años, casada desde hace 7 años con Enrico Fontana (Sarmi), un acaudalado industrial de la industria textil, recibe la visita de un antiguo compañero de estudios y antiguo amante, Guido Garroni (Girotti), a raíz de una investigación sobre su pasado que el marido, movido por los celos, ha encargado a una agencia de detectives privados. El reencuentro revive el recuerdo de un hecho oscuro del pasado. Paola, nacida en Revigo (no en Rávena), hija de un profesor del Liceo de Ferrara, se ausentó de Ferrara a raíz de la muerte de una amiga, contrajo matrimonio durante la guerra (1943) a los 20 años, y vive en Milán. Es elegante, caprichosa, gasta mucho en vestir y no es feliz. El amor rutinario, un marido mucho mayor que ella y las diferencias de intereses que los separan, la incomodan. Enrico es ingeniero, dirige un grupo de empresas prósperas, dedica mucho tiempo al trabajo, está enamorado de Paola y es celoso. Guido tiene la misma edad que Paola, es soltero, no se ha situado profesionalmente, es vendedor “free lance” de coches y pasa apuros económicos.
El film suma drama, crimen, romance, misterio y análisis social. Se considera que forma parte de la primera trilogía del autor junto con “La señora sin camelias” (1953) y “Las amigas” (1955). En los tres films el realizador aplica el análisis propio del neorrealismo al comportamiento de la burguesía. Prefigura la segunda trilogía (“La aventura”, “La noche” y “El eclipse”), que da a conocer internacionalmente a Antonioni.
La película anticipa la temática de los trabajos posteriores. Muestra a los ricos como personas insatisfechas, aburridas y hastiadas. Pone de manifiesto las dificultades de las relaciones interpersonales. Presta especial atención a las barreras y obstáculos que impiden las relaciones amorosas. Establece paralelismos entre los escenarios con el estado de ánimo de los protagonistas. Ve a la burguesía egoísta, vanidosa, clasista, desconsiderada, indolente, envidiosa, presa de celos, etc. Desvela la mediocridad de sus ambiciones (defraudar a Hacienda, ostentación, fiestas insoportables...). No oculta el peso de la fatalidad sobre el destino de las personas.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en Ferrara y Milán durante los meses del invierno de 1950. La joven Paola (Bosé), de 27 años, casada desde hace 7 años con Enrico Fontana (Sarmi), un acaudalado industrial de la industria textil, recibe la visita de un antiguo compañero de estudios y antiguo amante, Guido Garroni (Girotti), a raíz de una investigación sobre su pasado que el marido, movido por los celos, ha encargado a una agencia de detectives privados. El reencuentro revive el recuerdo de un hecho oscuro del pasado. Paola, nacida en Revigo (no en Rávena), hija de un profesor del Liceo de Ferrara, se ausentó de Ferrara a raíz de la muerte de una amiga, contrajo matrimonio durante la guerra (1943) a los 20 años, y vive en Milán. Es elegante, caprichosa, gasta mucho en vestir y no es feliz. El amor rutinario, un marido mucho mayor que ella y las diferencias de intereses que los separan, la incomodan. Enrico es ingeniero, dirige un grupo de empresas prósperas, dedica mucho tiempo al trabajo, está enamorado de Paola y es celoso. Guido tiene la misma edad que Paola, es soltero, no se ha situado profesionalmente, es vendedor “free lance” de coches y pasa apuros económicos.
El film suma drama, crimen, romance, misterio y análisis social. Se considera que forma parte de la primera trilogía del autor junto con “La señora sin camelias” (1953) y “Las amigas” (1955). En los tres films el realizador aplica el análisis propio del neorrealismo al comportamiento de la burguesía. Prefigura la segunda trilogía (“La aventura”, “La noche” y “El eclipse”), que da a conocer internacionalmente a Antonioni.
La película anticipa la temática de los trabajos posteriores. Muestra a los ricos como personas insatisfechas, aburridas y hastiadas. Pone de manifiesto las dificultades de las relaciones interpersonales. Presta especial atención a las barreras y obstáculos que impiden las relaciones amorosas. Establece paralelismos entre los escenarios con el estado de ánimo de los protagonistas. Ve a la burguesía egoísta, vanidosa, clasista, desconsiderada, indolente, envidiosa, presa de celos, etc. Desvela la mediocridad de sus ambiciones (defraudar a Hacienda, ostentación, fiestas insoportables...). No oculta el peso de la fatalidad sobre el destino de las personas.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hace uso de recursos narrativos y estilísticos que mantiene en la obra posterior. Llama poderosamente la atención el rechazo del plano y contraplano, que sustituye por movimientos de la cámara. El ritmo narrativo, pausado, deja espacios libres entre los diálogos y las variaciones de la acción para facilitar la contemplación. Se sirve de largos planos secuencia, elaborados y de gran elegancia, que dan relevancia a la acción y profundidad al discurso narrativo. Añade la profundidad de campo, como la que se observa en el puente donde Paola y Guido planean un asesinato. La puesta en escena es esmerada y precisa. Desplaza los personajes del centro a los márgenes del plano, provoca movimientos inesperados y crea cortes secos de la acción, que deja en suspenso.
Los personajes son seres humanos complejos, alejados de los estereotipos convencionales como el héroe, la víctima, el bueno, el malo. Los presenta aislados y solitarios, con preocupaciones y sentimientos desdibujados por su ensimismamiento e incomunicación. Los protagonistas viven sumidos en la inquietud, el temor y el conflicto. Les preocupan los secretos del pasado, se culpabilizan mutuamente de ellos, se saben vigilados, no ignoran las posibles consecuencias de sus relaciones amorosas, les enfrentan la diferente posición social y visiones opuestas. Guido sabe que es un fracasado y que no puede aspirar más que a encuentros esporádicos con Paola. Ambos intuyen que no pueden sustraerse a la fatalidad y se sienten cada vez más próximos a la tragedia. El drama que envuelve a los tres protagonistas está diseñado con fuerza, es creíble y convincente, tiene intensidad y su desenlace, como es canónico en el realizador, es ambiguo y abierto.
Deleita ver los vestidos, complementos, pieles (zorro, leopardo, astracán...), joyas y tocados extravagantes de Paola. Realzan su elegancia y sirven como medio de crítica y burla de la burguesía (tocado con cresta de gallo). Son interesantes los planos que muestran Nápoles sin semáforos, con guardias que ordenan la circulación, tranvías eléctricos, ausencia de pasos cebra para peatones, coches de los años 30 en circulación, etc.
El rodaje del film tuvo que afrontar numerosas dificultades: retrasos de los pagos, grúa inadecuada para los planes del realizador, inexperiencia de Bosé (19 años) y su estado permanente de alegría juvenil, etc. En una ocasión los nervios traicionaron a Antonioni que abofeteó a Lucía.
La banda sonora, de Giovanni Fusco (“La aventura”, 1960), ofrece cortes jazzísticos de saxo y piano, acompañados de fragmentos de orquesta caribeña (con maracas) y una canción de fondo en inglés. En varias ocasiones la melodía del saxo parece un lamento. La fotografía, de Enzo Serafin (“Te querré siempre”, Rossellini, 1954), en B/N, presenta un activo trabajo de cámara, travellings de aproximación y alejamiento, giros espectaculares y tomas de noche fría y lluviosa, que sugieren el abatimiento y la preocupación de los protagonistas.
Los personajes son seres humanos complejos, alejados de los estereotipos convencionales como el héroe, la víctima, el bueno, el malo. Los presenta aislados y solitarios, con preocupaciones y sentimientos desdibujados por su ensimismamiento e incomunicación. Los protagonistas viven sumidos en la inquietud, el temor y el conflicto. Les preocupan los secretos del pasado, se culpabilizan mutuamente de ellos, se saben vigilados, no ignoran las posibles consecuencias de sus relaciones amorosas, les enfrentan la diferente posición social y visiones opuestas. Guido sabe que es un fracasado y que no puede aspirar más que a encuentros esporádicos con Paola. Ambos intuyen que no pueden sustraerse a la fatalidad y se sienten cada vez más próximos a la tragedia. El drama que envuelve a los tres protagonistas está diseñado con fuerza, es creíble y convincente, tiene intensidad y su desenlace, como es canónico en el realizador, es ambiguo y abierto.
Deleita ver los vestidos, complementos, pieles (zorro, leopardo, astracán...), joyas y tocados extravagantes de Paola. Realzan su elegancia y sirven como medio de crítica y burla de la burguesía (tocado con cresta de gallo). Son interesantes los planos que muestran Nápoles sin semáforos, con guardias que ordenan la circulación, tranvías eléctricos, ausencia de pasos cebra para peatones, coches de los años 30 en circulación, etc.
El rodaje del film tuvo que afrontar numerosas dificultades: retrasos de los pagos, grúa inadecuada para los planes del realizador, inexperiencia de Bosé (19 años) y su estado permanente de alegría juvenil, etc. En una ocasión los nervios traicionaron a Antonioni que abofeteó a Lucía.
La banda sonora, de Giovanni Fusco (“La aventura”, 1960), ofrece cortes jazzísticos de saxo y piano, acompañados de fragmentos de orquesta caribeña (con maracas) y una canción de fondo en inglés. En varias ocasiones la melodía del saxo parece un lamento. La fotografía, de Enzo Serafin (“Te querré siempre”, Rossellini, 1954), en B/N, presenta un activo trabajo de cámara, travellings de aproximación y alejamiento, giros espectaculares y tomas de noche fría y lluviosa, que sugieren el abatimiento y la preocupación de los protagonistas.