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Voto de Miquel:
7
7,0
351
Drama
En plena Revolución Francesa, la joven Blanche de la Force decide protegerse en un convento y por eso ingresa en la orden Carmelita. Allí conoce a la alegre monja Sor Constance y a la madre Marie, entre otras, y es feliz junto a ellas a pesar de los conflictos externos y de las presiones de su padre para que deje el convento. Film basado en la real y trágica historia acontecida con las dieciséis monjas carmelitas del convento de ... [+]
27 de febrero de 2010
30 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Único largometraje realizado por Philippe Agostini (1910-2001), reputado director de fotografía. El guión, del propio Agostini, adapta la obra teatral “Le dialogue des Carmélites” (1949), de Georges Bernanos (1888-1948), inspirado libremente en el relato breve “Die Letzte am Schaffott” (“La última del cadalso”) (1931), de Gertrude von Le Fort, que a su vez se inspira en la historia de las 16 monjas carmelitas de Compiègne que fueron guillotinadas en la plaza del Trône-Renversé (hoy, de la Nación), de París, el 17-VII-1794. Se rueda en escenarios reales de Compiégne y Sanlis (Oise, Francia) y en los Studios de Boulogne (Boulogne-Billancourt). Producido por Jules Borkon para Champs-Élysées Productions (París) y Titanus (Roma), se estrena el 1-VI-1960 (Italia).
La acción dramática tiene lugar en Compiégne y París, entre mayo de 1789 (unos dos meses antes de la toma de la Bastilla) y el 17-VII-1794 (10 días antes de que fuera guillotinado M. Robespierre y con ello finalizara en el país el “reinado del terror” impuesto por los jacobinos). María Genoveva Meunier (Doat) y Blanca La Force (Audret) son dos muchachas jóvenes, postulantes del convento de clausura de las carmelitas de Compiègne, que han sido admitidas como novicias. La primera escena del film recoge la ceremonia de incorporación de las dos jóvenes al noviciado y el cambio de nombre de las mismas. En el convento se relacionan, sobre todo, con la priora (Renaud), María de la Encarnación (Moreau), Teresa de San Agustín (Valli) y el capellán (Wilson). Son testigos de las reiteradas visitas del Comisario del pueblo (Brasseur) al convento. María Genoveva (luego, Constance) es ingenua, alegre, confiada y se siente feliz. Blanca es miedosa, padece crisis de angustia, teme a la muerte y necesita ayuda, que rechaza.
El film suma drama, religión e historia (Revolución Francesa). Bernanos escribe la obra de teatro en Túnez, cuando la enfermedad le enfrenta a la muerte. La escribe en forma de guión cinematográfico, pero finalmente opta por el formato teatral. Tras su muerte (1948), el manuscrito íntegro se encuentra entre sus papeles y poco después (1949) es publicado por los herederos. Se inspira libremente en la novela breve de Gertrude von Le Fort, a la que añade un fuerte componente trágico, acorde con su concepción de la vida y la religión y su situación personal. Es su último trabajo literario importante y en él deja constancia de sus posiciones sobre algunas cuestiones que no han perdido actualidad (libertad, tiranía, manipulación de los ciudadanos, uso del terror, etc.). Admirado y denostado por sectores de la derecha y de la izquierda, con sus artículos en tiempos de la IIGM condenó la ocupación de Francia y trabajó por el triunfo de las libertades. Su concepción trágica de la vida se refleja en la presencia constante y próxima de la muerte, los gritos de agonía, la concepción de la divinidad como amo y señor del espanto, etc.
La acción dramática tiene lugar en Compiégne y París, entre mayo de 1789 (unos dos meses antes de la toma de la Bastilla) y el 17-VII-1794 (10 días antes de que fuera guillotinado M. Robespierre y con ello finalizara en el país el “reinado del terror” impuesto por los jacobinos). María Genoveva Meunier (Doat) y Blanca La Force (Audret) son dos muchachas jóvenes, postulantes del convento de clausura de las carmelitas de Compiègne, que han sido admitidas como novicias. La primera escena del film recoge la ceremonia de incorporación de las dos jóvenes al noviciado y el cambio de nombre de las mismas. En el convento se relacionan, sobre todo, con la priora (Renaud), María de la Encarnación (Moreau), Teresa de San Agustín (Valli) y el capellán (Wilson). Son testigos de las reiteradas visitas del Comisario del pueblo (Brasseur) al convento. María Genoveva (luego, Constance) es ingenua, alegre, confiada y se siente feliz. Blanca es miedosa, padece crisis de angustia, teme a la muerte y necesita ayuda, que rechaza.
El film suma drama, religión e historia (Revolución Francesa). Bernanos escribe la obra de teatro en Túnez, cuando la enfermedad le enfrenta a la muerte. La escribe en forma de guión cinematográfico, pero finalmente opta por el formato teatral. Tras su muerte (1948), el manuscrito íntegro se encuentra entre sus papeles y poco después (1949) es publicado por los herederos. Se inspira libremente en la novela breve de Gertrude von Le Fort, a la que añade un fuerte componente trágico, acorde con su concepción de la vida y la religión y su situación personal. Es su último trabajo literario importante y en él deja constancia de sus posiciones sobre algunas cuestiones que no han perdido actualidad (libertad, tiranía, manipulación de los ciudadanos, uso del terror, etc.). Admirado y denostado por sectores de la derecha y de la izquierda, con sus artículos en tiempos de la IIGM condenó la ocupación de Francia y trabajó por el triunfo de las libertades. Su concepción trágica de la vida se refleja en la presencia constante y próxima de la muerte, los gritos de agonía, la concepción de la divinidad como amo y señor del espanto, etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El texto del guión se presenta íntegramente dialogado (de ahí el título que le da Bernanos). Cruza intervenciones breves, agudas y ocurrentes, que confieren a la obra agilidad, fluidez y facilidad de comprensión. Pese a la seriedad del asunto, el humor se hace presente a través de personajes (Juana de la Divina Infancia, la monja sorda), ideas de una pasmosa ingenuidad (descripción del Paraíso como el lugar donde se celebran grandes procesiones), intervenciones tragicómicas (las burlas del mimo) y lances de la acción (búsqueda de un hombre vestido de mujer). Es admirable la economía de medios del film. En este sentido se ha de hablar de la fuerza expresiva de los silencios, el uso brillante de elipsis, la presencia de planos fuera de campo, sugerencias dependientes del sonido y del mimo, etc. La interpretación de los protagonistas es contenida y estilizada. La estética general es sencilla, austera, sobria y simplificada. El duelo de actrices entre Jeanne Moreau (32 años) y Alida Valli (35 años), lo gana por puntos esa gran actriz que es Moreau.
La presencia de Raymond L. Bruckberger como codirector y coguionista responde a sus funciones de asesor religioso de Agostini en méritos de su condición de monje dominico. Creemos que su trabajo obtiene en los créditos una relevancia que no merece. Su presencia se advierte en numerosas ocasiones, pero en todas ellas se limita a detalles, como la retirada del copón y el apagado inmediato de la luz de cera. La película ofrece detalles y curiosidades llamativas, como la calavera de la celda, la comparación del convento con la Bastilla (prisión) por parte del comisario, los repiques de campanas (acción de gracias, toque de difuntos...), las quejas por consumo excesivo de habas, el desfile del ejército nacional, etc.
Los temas principales de la cinta se refieren a la condena de la pena de muerte y de la represión de las libertades. Defiende la libertad de creencias religiosas y de cultos. Compone un alegato contra el despotismo, la tiranía y las dictaduras de todos los signos. Rechaza los prejuicios y los fanatismos revolucionarios y contrarrevolucionarios. Condena los regímenes que hacen uso del terror para imponer ideas, acallar disidencias y someter a los ciudadanos.
La banda sonora, de Jean Françaix (“Napoleón”, Guitry, 1955), ofrece una partitura original de cuerdas, metal y orquesta, que aporta aires dramáticos, religiosos y místicos. Añade como música adaptada el canto de la Marsellesa, el “Veni Creator”, la salve y otros. La fotografía, de André Bac (“La guerra de los botones”, Robert, 1962), en B/N, crea una atractiva visualidad, basada en una iluminación imaginativa, que compone contrastes, define espacios y determina grados de profundidad. Focaliza la atención del espectador mediante el degradado de luces. Distribuye el espacio según las intenciones y el significado de la acción.
La presencia de Raymond L. Bruckberger como codirector y coguionista responde a sus funciones de asesor religioso de Agostini en méritos de su condición de monje dominico. Creemos que su trabajo obtiene en los créditos una relevancia que no merece. Su presencia se advierte en numerosas ocasiones, pero en todas ellas se limita a detalles, como la retirada del copón y el apagado inmediato de la luz de cera. La película ofrece detalles y curiosidades llamativas, como la calavera de la celda, la comparación del convento con la Bastilla (prisión) por parte del comisario, los repiques de campanas (acción de gracias, toque de difuntos...), las quejas por consumo excesivo de habas, el desfile del ejército nacional, etc.
Los temas principales de la cinta se refieren a la condena de la pena de muerte y de la represión de las libertades. Defiende la libertad de creencias religiosas y de cultos. Compone un alegato contra el despotismo, la tiranía y las dictaduras de todos los signos. Rechaza los prejuicios y los fanatismos revolucionarios y contrarrevolucionarios. Condena los regímenes que hacen uso del terror para imponer ideas, acallar disidencias y someter a los ciudadanos.
La banda sonora, de Jean Françaix (“Napoleón”, Guitry, 1955), ofrece una partitura original de cuerdas, metal y orquesta, que aporta aires dramáticos, religiosos y místicos. Añade como música adaptada el canto de la Marsellesa, el “Veni Creator”, la salve y otros. La fotografía, de André Bac (“La guerra de los botones”, Robert, 1962), en B/N, crea una atractiva visualidad, basada en una iluminación imaginativa, que compone contrastes, define espacios y determina grados de profundidad. Focaliza la atención del espectador mediante el degradado de luces. Distribuye el espacio según las intenciones y el significado de la acción.