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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
6
Drama. Romance Bobby Deerfield (Al Pacino) es un exitoso piloto de coches de carreras. Sin embargo en su vida personal no sabe asumir un grave problema: su amada Lillian tiene una grave enfermedad, pero él, incapaz de enfrentarse a la situación, busca consuelo en Lydia, una seguidora suya...
Basada en la novela de Erich Maria Remarque de 1961 "Heaven Has No Favorites". (FILMAFFINITY)
29 de abril de 2006
26 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producida y dirigida por Sydney Pollack, se basa en la novela "Heaven Has Not Favorites" (1961), de Erich Maria Remarque. Se rodó en París, Florencia, Le Mans, Montmeló, Bellagio y en los Billancourt Studios (París). Obtuvo una nominación a los Golden Globe (actor drama). Se estrenó el 29-IX-1977.

La acción tiene lugar en Francia, Italia y España, en 1976/77, a lo largo de varios meses. Narra la historia del piloto norteamericano de Fórmula 1, Bobby Deerfield (Al Pacino). A la salida del centro hospitalario donde se recupera un compañero herido, conoce a Lilian Morelli (Marthe Keller), muchacha apasionada y vitalista, de muchos amantes, enferma de leucemia. Entre ambos nace una amistad que deriva en romance.

La película enfrenta al protagonista y al público con el tema de la muerte, siempre difícil e ingrato. Bobby vive bordeando la muerte, que acecha a los pilotos de carreras de los grandes circuitos. Cuando un amigo y compañero muere accidentalmente en una carrera oficial, se ve sumido en un estado de profunda tristeza. Se refugia en las atenciones y el consuelo de Lydia (Anny Duperey), fan y amante. Las cosas cambian, cuando conoce a Lilian, enferma terminal, apasionada de la vida, que le enseña cómo afrontarla con alegría, optimismo y deseos de apurarla con intensidad. La vida es una cosa tan grande, que hay que aproveharla sin concesiones y sin excepciones. Incluso la vida de un enfermo terminal contiene tantos atractivos que no se debe renunciar a ellos. El vitalismo de Lilian le contagia la ilusión por la vida y la alegría de vivir que necesitaba para ser feliz. Son escenas destacadas del film la de los globos aerostáticos que sobrevuelan el lago Como y alrededores y la entrada a Florencia de Lilian y Bobby por un puente desde el que se ve el Ponte Vecchio y su reflejo en el agua. Florencia es el símbolo de la vida y la belleza, porque fue la cuna del Renacimiento, que disipó el oscurantismo medieval y abrió las puertas del mundo a una nueva era creativa, libre y tan inmortal como Dante, Miguel Ángel, Leonardo, Giotto y otros.

La música, de Dave Grusin, colaborador de Pollack en unas 6 películas, aporta una hermosa partitura que rebosa alegría, romanticismo y lirismo. La fotografía, basada en un dibujo excelente, usa una paleta de colores suaves y aprovecha la fuerza del claroscuro (blancos/verdes, cremas/marrones, pastel/rojo y negro). Incluye imágenes de gran belleza visual, que sitúan la estética del film en las coordenadas de los gustos del cine americano de los últimos 70 y primeros 80. El guión construye una historia de amor que deviene un canto sobrecogedor a la vida. La interpretación de Pacino es impecable. Le dan réplica una inspirada Marthe Keller y una más que atractiva Anne Duperey. La dirección sabe cómo hablar de la muerte para inspirar ansias de vivir.

Película de correcta factura y de gran interés para momentos de fatiga en los que conviene recuperar fuerzas y fortalecer la alegría de vivir.
Miquel
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