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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Aventuras En 1860, unos niños son embarcados en la nave Clorinda, que dirige el capitán Marlope, con el fin de ser repatriados desde Jamaica a Londres para continuar con una educación más civilizada. Durante la travesía, el barco es abordado por unos piratas al mando del capitán Chavez que tras el asalto y con gran sorpresa, descubrirá que los niños se han quedado en su barco. (FILMAFFINITY)
9 de febrero de 2007
43 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realización de Alexander MacKendrick ("Chantaje en Broadway", 1957). Se basa en la novela "A High Wind In Jamaica" (1929), de Richard Hugues. Se rodó en cinemascope y color en los Pinewood Studios (RU). Producida por John Croydon para la Fox, se estrenó en 1965 (RU).

La acción tiene lugar en torno a 1860 en Jamaica, aguas del Caribe y Tampico (puerto del Golfo de Méjico). Frederick y Alice Thornton, colonos ingleses con propiedades en Jamaica, deciden enviar a sus hijos a Inglaterra para que puedan ir al colegio. Embarcan en el velero Clonilda, que en alta mar es abordado y saqueado por unos piratas liderados por el capitán Chávez (Anthony Quinn) y su segundo, Zac (James Coburn). En los momentos de confusión y lucha a bordo, los niños se refugian en la nave pirata por razones de seguridad, donde quedan atrapados. Cuando son descubiertos, el capitán Chávez, Zac y la tripulación, no ocultan su contrariedad. Chávez, aguerrido, inteligente, cruel y autoritario, siente debilidad por los niños. Zac, de origen inglés, es frío, violento, no acepta riesgos innecesarios y se siente incómodo con los pequeños. La tripulación, de extracción hispana, es indisciplinada y levantisca. Emily Thornton (Deborah Baxter), de 12 años, es espabilada, desenvuelta y manipuladora.

La película desarrolla un relato de piratas y niños, en el que se invierten los roles. Los piratas se comportan como niños y los niños se convierten en una pesadilla insoportable para los piratas, que devienen víctimas de los pequeños. El film desmonta el mito de los piratas feroces, que son como niños grandes, manejados por Emily y sus hermanos. La vitalidad incontenible y la ingenuidad de los menores les llevan a realizar innumerables travesuras, que implican la ocupación de hecho de la nave y la pérdida de control de los piratas sobre la misma y sobre los riesgos que asumen. Entre niños y piratas se entabla una sorda lucha de poder, que propicia la captura de la embarcación por los ingleses y la liberación de los niños. Enfrentados al peso de la ley en Jamaica, los niños explican los hechos de los que han sido testigos con silencios y verdades a medias que provocan la desgracia de los piratas. Se plantean al espectador dos cuestiones principales: la ambigüedad de la inocencia de los niños y la alegoría del triunfo de la burguesía (comerciantes, armadores, industriales y productores agrícolas) sobre los piratas, que obstaculizan la adecuada progresión de la actividad económica.

La música, de Larry Adler, se inspira en melodías hispanas, a las que añade composiciones que realzan el clima de dislocación de relaciones que se respira en la nave pirata. La fotografía, de Douglas Slocombe, subraya la ferocidad infantil de Chávez y la exigente circunspección de Emily. Son escenas destacadas la del alboroto de los niños deslizándose sobre la cubierta, los cruces de miradas tiernas de Chávez y altivas de Emily y la intervención del eficaz Gert Frobe ("Goldfinger", 1964) como capitán holandés.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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