Media votos
6,7
Votos
5.206
Críticas
1.665
Listas
182
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Miquel:
8
8,1
14.065
Drama
Un tiránico y manipulador productor de cine (Kirk Douglas), que ha caído en desgracia, pide ayuda a un director (Barry Sullivan), a una actriz (Lana Turner) y a un guionista (Dick Powell), a los que ayudó a triunfar, pero que tienen sobradas razones para detestarlo. Los tres le reprocharán su falta de escrúpulos para alcanzar el éxito sin reparar en las personas a las que traicionaba o engañaba. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2009
74 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vigoroso drama del realizador Vincente Minnelli (1910-1986), es uno de sus mejores trabajos. El guión, de Charles Schnee (“Río Rojo”, Hawks, 1948), adapta el relato breve “Tribute to Bad Man”, de George Bradshaw, publicado en “Ladies Home Journal” (febrero, 1951). Se rueda, entre abril y junio de 1952, en MGM Studios (Culver City, CA) y en escenarios naturales de CA (Beverly Hills Hotel, Lake Arrowhead ...), con un presupuesto de 1,6 M USD. Nominado a 6 Oscar, gana 5 (guión, actriz reparto, dir. artística, fotografía y vestuario). Producido por John Houseman (“Julio César”, Mankiewicz, 1953) para MGM, se proyecta por primera vez en público el 25-XII-1952 (L.A., preestreno).
La acción dramática tiene lugar en Hollywood y alrededores en 1958. El antiguo productor Jonathan Shields (Douglas), inactivo durante los últimos dos años, se pone en contacto con cuatro de sus antiguos colaboradores: Georgia Lorrison (Turner), actriz sofisticada; Fred Amiel (Sullivan), director de éxito; James Lee Bartlow (Powell), guionista de prestigio, galardonado recientemente con el Pulitzer; y el productor ejecutivo Harry Pebbel (Pidgeon). Éste cita a los otros tres en su despacho y trata de convencerlos para que acepten la invitación de Shields de participar en un nuevo film. Jonathan es autoritario, despótico, desconsiderado, egoísta, despiadado y traicionero. Ambicioso, megalómano y manipulador, carece de escrúpulos y de ética. No tiene amigos.
El film suma drama y romance. Presenta una visión ácida y crítica de la industria cinematográfica y del mundo del cine hecha desde dentro. Se ha dicho que es la mejor película de Hollywood sobre Hollywood. En todo caso es una buena película que trata un tema de gran interés cinéfilo. El título original, “The Bad and the Beautiful”, hace referencia al productor Shields (el malo) y la esplendorosa protagonista femenina (la bella). Evoca el mito de la bella y la bestia. El título provisional (“working title"), que coincide con el del relato breve, “Tribute to Bad Man”, pone el acento en la malicia, la malignidad, la maldad y perversidad del protagonista, que constituye el foco de atención del relato.
La narración desarrolla una historia de intenso dramatismo, que Minnelli dota de tonos vivos y trazos profundos. Añade episodios singulares que aportan impactos dramáticos sorprendentes y de gran fuerza (súbito lanzamiento de la chica llevada en brazos a la piscina). Varios de estos episodios el realizador los muestra en imágenes, de acuerdo con sus preferencias por la visualidad. La experiencia teatral le permite crear un juego escénico brillante, del que extrae recursos que intensifican la fuerza dramática. Minnelli construye un drama profundo y vigoroso, de acertadas atmósferas, que es una de las cimas de su filmografía.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en Hollywood y alrededores en 1958. El antiguo productor Jonathan Shields (Douglas), inactivo durante los últimos dos años, se pone en contacto con cuatro de sus antiguos colaboradores: Georgia Lorrison (Turner), actriz sofisticada; Fred Amiel (Sullivan), director de éxito; James Lee Bartlow (Powell), guionista de prestigio, galardonado recientemente con el Pulitzer; y el productor ejecutivo Harry Pebbel (Pidgeon). Éste cita a los otros tres en su despacho y trata de convencerlos para que acepten la invitación de Shields de participar en un nuevo film. Jonathan es autoritario, despótico, desconsiderado, egoísta, despiadado y traicionero. Ambicioso, megalómano y manipulador, carece de escrúpulos y de ética. No tiene amigos.
El film suma drama y romance. Presenta una visión ácida y crítica de la industria cinematográfica y del mundo del cine hecha desde dentro. Se ha dicho que es la mejor película de Hollywood sobre Hollywood. En todo caso es una buena película que trata un tema de gran interés cinéfilo. El título original, “The Bad and the Beautiful”, hace referencia al productor Shields (el malo) y la esplendorosa protagonista femenina (la bella). Evoca el mito de la bella y la bestia. El título provisional (“working title"), que coincide con el del relato breve, “Tribute to Bad Man”, pone el acento en la malicia, la malignidad, la maldad y perversidad del protagonista, que constituye el foco de atención del relato.
La narración desarrolla una historia de intenso dramatismo, que Minnelli dota de tonos vivos y trazos profundos. Añade episodios singulares que aportan impactos dramáticos sorprendentes y de gran fuerza (súbito lanzamiento de la chica llevada en brazos a la piscina). Varios de estos episodios el realizador los muestra en imágenes, de acuerdo con sus preferencias por la visualidad. La experiencia teatral le permite crear un juego escénico brillante, del que extrae recursos que intensifican la fuerza dramática. Minnelli construye un drama profundo y vigoroso, de acertadas atmósferas, que es una de las cimas de su filmografía.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La estructura narrativa se basa en el uso de flashbacks para recordar hechos del pasado desde perspectivas diversas. Las interpretaciones del conjunto del elenco son convincentes y solventes. Kirk Douglas ofrece un recital interpretativo de nivel, que integra algunas sobreactuaciones bien dosificadas, que contribuyen a dar profundidad al drama. El texto contiene citas, expresiones y afirmaciones puestas en boca de los actores, llenas de pesimismo y desesperanza, como “El amor es cosa de chiquillos”, “El amor sólo existe en los sueños”, etc.
Bajo la lectura directa, el relato contiene un amplio repertorio de referencias a personas del mundo de Hollywood, que dan textura y emoción al texto. La figura del productor se inspira en David O. Selznick, con rasgos de Irving Thalberg y Darryl F. Zanuck. Añade referencias a Val Lawton, Orson Welles, Raymond Chandler y a otros. El director Alfred Amiel y su ayudante Miss March (Freeman) se inspiran en Alfred Hitchcock y su esposa, Alma Reville. Georgia Lorrison suma ecos de Diana Barrymore y Judy Garland, ex-esposa de Minnelli. El padre de Georgia recuerda a John Barrymore. Hay más similitudes y coincidencias. La combinación de dramatismo y referencias caricaturescas a personajes famosos del cine, confieren a la obra una frescura y una intensidad que el realizador aprovecha con maestría y óptimos resultados. El salpicado de humor incluye referencias hilarantes al cine de serie B, al cine de monstruos, al cine de terror, a los westerns de bajo presupuesto, a las superproducciones mejicanas (“The Faraday Mountain”), a los dramones rodados en 10 días, etc. Denuncia el culto a las falsas apariencias y a las apariencias (ceremonia fúnebre con figurantes de pago), el presumir de poder económico, la hipocresía, el abuso de poder, etc.
La música, de David Raskin, ofrece una partitura de graves evocaciones trágicas, que envuelven y elevan los recurrentes estallidos de dramatismo. Son notables los cortes “Love Is For The Very Youngs”, “The Acting Lesson” y “Nocturno”. Como música añadida incorpora dos gratas melodías: “Don’t Blame Me” y “Temptation”. La fotografía, de Robert Surtees (“Ben Hur”, Wyler, 1959), en B/N, aporta un diligentes trabajo de cámara y una narración realista, sincera y austera, aderezada con acertados toques de humor visual.
Largometraje nº 13 de Minnelli, considerado por muchos cinéfilos como film de culto.
Bajo la lectura directa, el relato contiene un amplio repertorio de referencias a personas del mundo de Hollywood, que dan textura y emoción al texto. La figura del productor se inspira en David O. Selznick, con rasgos de Irving Thalberg y Darryl F. Zanuck. Añade referencias a Val Lawton, Orson Welles, Raymond Chandler y a otros. El director Alfred Amiel y su ayudante Miss March (Freeman) se inspiran en Alfred Hitchcock y su esposa, Alma Reville. Georgia Lorrison suma ecos de Diana Barrymore y Judy Garland, ex-esposa de Minnelli. El padre de Georgia recuerda a John Barrymore. Hay más similitudes y coincidencias. La combinación de dramatismo y referencias caricaturescas a personajes famosos del cine, confieren a la obra una frescura y una intensidad que el realizador aprovecha con maestría y óptimos resultados. El salpicado de humor incluye referencias hilarantes al cine de serie B, al cine de monstruos, al cine de terror, a los westerns de bajo presupuesto, a las superproducciones mejicanas (“The Faraday Mountain”), a los dramones rodados en 10 días, etc. Denuncia el culto a las falsas apariencias y a las apariencias (ceremonia fúnebre con figurantes de pago), el presumir de poder económico, la hipocresía, el abuso de poder, etc.
La música, de David Raskin, ofrece una partitura de graves evocaciones trágicas, que envuelven y elevan los recurrentes estallidos de dramatismo. Son notables los cortes “Love Is For The Very Youngs”, “The Acting Lesson” y “Nocturno”. Como música añadida incorpora dos gratas melodías: “Don’t Blame Me” y “Temptation”. La fotografía, de Robert Surtees (“Ben Hur”, Wyler, 1959), en B/N, aporta un diligentes trabajo de cámara y una narración realista, sincera y austera, aderezada con acertados toques de humor visual.
Largometraje nº 13 de Minnelli, considerado por muchos cinéfilos como film de culto.