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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
7
Drama Francia, siglo XVIII. El compromiso matrimonial entre el futuro Luis XVI (Schwartzman) y María Antonieta (Dunst) sirve para sellar una alianza entre Francia y Austria. Con sólo catorce años, la ingenua princesa austríaca se ve obligada a abandonar Viena, su familia y sus amigos para instalarse en la opulenta, sofisticada y libertina corte francesa, donde reinan las intrigas y los escándalos. La joven se rebela contra el aislamiento que ... [+]
11 de octubre de 2010
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprende el punto de vista de la joven directora, guionista y coproductora. A diferencia de la minuciosa y muy convencional reconstrucción de hechos que presenta la película de 1938 (“Marie Antoinette”, W.S. van Dyke), la de Coppola construye un retrato de la reina como personaje fuertemente condicionado por unas circunstancias tan fastuosas como opresivas. Sofia Coppola realiza un excelente trabajo de análisis del universo de las emociones, percepciones y sentimientos de una muchacha ingenua y sensible, sometida a una presión psicológica desproporcionada en relación a sus capacidades y su preparación. Dibuja con acierto el aislamiento y la soledad que la acompañan en Versalles a lo largo de 19 años. A la soledad se añaden factores dolorosos como las actitudes anti germánicas y xenófobas de cortesanos y familiares del Rey y una presión angustiosa por parte de personas de gran ascendiente sobre la muchacha.

La realizadora evita juicios de valor y trata al personaje con respeto y afecto. Lo muestra cómo entiende que es y expone por qué se comporta cómo lo hace, sin caer en banalidades psicológicas. Dibuja su drama con pinceladas suaves, superpuestas y transparentes, creando un retrato en el que el esbozo determina la forma y la función de las formas y el color. También aborda la descripción de las reacciones de la muchacha, que se enmarcan en un contexto en el que pesan mucho su desconcierto y su falta de referentes que faciliten la comprensión de los hechos. Describe con precisión no exenta de compasión, su amor a los animales domésticos, su fuerte amistad con dos amigas íntimas, la afición a los juegos de azar, un episodio de amor extra conyugal, la adquisición incontrolable de vestidos, zapatos y joyas, etc.

Los contrastes entre la música roquera de los años 80 y la barroca del momento histórico parecen acompañar y subrayar los choques que en la vida de la protagonista se producen entre su mundo personal y el de una Corte insensata, entre su necesidad de afecto y la frialdad del marido, entre las urgencias que la apremian para que resuelva temas que no están a su alcance y no dependen de ella.

La fotografía, de Lance Acord, acompaña la evolución del personaje con cambios de color y tonos (rosa y pastel, brillos dorados, colores oscuros y tonos sombríos...). En varias ocasiones la imagen se presenta estática y geométrica, queriendo significar probablemente la rigidez de la Corte y la ausencia de espacios de intimidad con el marido. Abundan los recursos visuales que cumplen funciones de sugerencia, analogía, metáfora y paralelismo. Con ellos se llenan espacios que dejan libres unos diálogos breves, concisos, elegantes y sugestivos. La música barroca se toma de tres grandes maestros: Vivaldi, Rameau y Couperin. La música roquera aporta una selección de grandes intérpretes, como Gang of Tour, Air, Dustin O’Halloran, Bow How How, etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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