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Voto de Miquel:
8
7,1
1.938
Romance. Comedia. Drama
La serie de "Comedias y Proverbios" se cierra con este juego amoroso a cuatro bandas, desarrollado entre la arquitectura funcional de la ciudad y el sereno paisaje de un lago. Blanche es una chica tímida y callada. Léa es extrovertida e impulsiva. Un día se conocen y se hacen amigas. Blanche no tiene novio, Léa sí. Es Fabien, un joven y atractivo deportista, pero a Léa no le gusta el deporte. En cambio, a Blanche sí. Léa es amiga de ... [+]
24 de mayo de 2009
27 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sexta entrega y última de la serie “Comedias y proverbios”, de Éric Rohmer (pseudónimo de Jean-Marie Maurice Scherer). El guión es original del propio Rohmer. El film se rueda en escenarios reales de la nueva ciudad de Cergy-Pontoise, situada en el extrarradio de Paris. Producido por Margaret Ménégoz para Les Films du Losange y Animation-Art Grafic-Audiovisuel, se estrena el 26-VIII-1987 (Francia).
La acción dramática tiene lugar en Cergy-Pontoise (Val-d’Oise, Paris) a lo largo de unas pocas semanas de junio/julio de 1986. Blanche (Chaulet), de 24 años, funcionaria municipal del departamento de cultura con destino en las oficinas municipales de Cergy-Pontoise desde hace poco, reside en la barriada de Saint-Christopher, de Cergy, en un edificio de Ricard Bofill. A la hora del desayuno conoce casualmente a Léa (Renoir), de 22 años, estudiante del último curso de informática, pendiente de unos próximos exámenes para su titulación. Ambas se hacen amigas inseparables. Léa convive con su novio, Fabien (Viellard), y conoce a Alexandre (Gendron), ingeniero de “Electricité de France” (EDF) y a su novia del momento Adrienne (Meury). Blanche es tímida y callada. Les gustan los deportes, acaba de instalarse en la ciudad y todavía no tiene amigos. Es rubia, menuda e idealista. Se siente enamorada de Alexandre. Léa es morena, alta, alegre, extrovertida, impulsiva y superficial. No le gustan los deportes, pero acepta que Blanche le enseñe a nadar. Fabien es deportista y simpático. Alexandre es un play-boy apuesto y vanidoso.
El film desarrolla una comedia de amores y enredos. Focaliza la atención en la juventud de los 80, marcada por la emergencia y proliferación de los yuppies (jóvenes profesionales urbanos de posición social y económica elevada, Cf. WordReference), el arrinconamiento de las preocupaciones sociales, culturales y políticas de generaciones anteriores y la sustitución de las mismas por nuevos ideales relacionados con el bienestar, el reconocimiento y el ascenso profesional, el dinero, etc. El realizador elabora un análisis antropológico lúcido y detallado de la nueva generación. No rechaza el comportamiento de los nuevos jóvenes, pero no lo comparte. Con una ironía sutil, prácticamente imperceptible a primera vista, los presenta superficiales, inmaduros, insubstanciales, simples, pueriles, preocupados por cuestiones triviales y dados a situar el nivel de sus conversaciones en el ámbito de lo intrascendente y lo banal. No les preocupan las viejas cuestiones sobre la incomunicación, la soledad, la fragilidad del amor, las relaciones entre amor y amistad, amor y azar, etc. Ubica a los protagonistas en el marco de una ciudad de nueva planta, diseño vanguardista, espacios abiertos, amplias zonas peatonales, edificios luminosos, etc.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en Cergy-Pontoise (Val-d’Oise, Paris) a lo largo de unas pocas semanas de junio/julio de 1986. Blanche (Chaulet), de 24 años, funcionaria municipal del departamento de cultura con destino en las oficinas municipales de Cergy-Pontoise desde hace poco, reside en la barriada de Saint-Christopher, de Cergy, en un edificio de Ricard Bofill. A la hora del desayuno conoce casualmente a Léa (Renoir), de 22 años, estudiante del último curso de informática, pendiente de unos próximos exámenes para su titulación. Ambas se hacen amigas inseparables. Léa convive con su novio, Fabien (Viellard), y conoce a Alexandre (Gendron), ingeniero de “Electricité de France” (EDF) y a su novia del momento Adrienne (Meury). Blanche es tímida y callada. Les gustan los deportes, acaba de instalarse en la ciudad y todavía no tiene amigos. Es rubia, menuda e idealista. Se siente enamorada de Alexandre. Léa es morena, alta, alegre, extrovertida, impulsiva y superficial. No le gustan los deportes, pero acepta que Blanche le enseñe a nadar. Fabien es deportista y simpático. Alexandre es un play-boy apuesto y vanidoso.
El film desarrolla una comedia de amores y enredos. Focaliza la atención en la juventud de los 80, marcada por la emergencia y proliferación de los yuppies (jóvenes profesionales urbanos de posición social y económica elevada, Cf. WordReference), el arrinconamiento de las preocupaciones sociales, culturales y políticas de generaciones anteriores y la sustitución de las mismas por nuevos ideales relacionados con el bienestar, el reconocimiento y el ascenso profesional, el dinero, etc. El realizador elabora un análisis antropológico lúcido y detallado de la nueva generación. No rechaza el comportamiento de los nuevos jóvenes, pero no lo comparte. Con una ironía sutil, prácticamente imperceptible a primera vista, los presenta superficiales, inmaduros, insubstanciales, simples, pueriles, preocupados por cuestiones triviales y dados a situar el nivel de sus conversaciones en el ámbito de lo intrascendente y lo banal. No les preocupan las viejas cuestiones sobre la incomunicación, la soledad, la fragilidad del amor, las relaciones entre amor y amistad, amor y azar, etc. Ubica a los protagonistas en el marco de una ciudad de nueva planta, diseño vanguardista, espacios abiertos, amplias zonas peatonales, edificios luminosos, etc.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los decorados no influyen en los protagonistas: ni los condicionan, ni los cambian. Sirven sólo como explicación visual de algunos aspectos de la acción. A través de las conversaciones se ponen de manifiesto los sentimientos, frustraciones, inquietudes, esperanzas, ocultaciones y ambiciones de los personajes. Muestra cómo y en qué medida se sienten afectados por lo que les dicen que otros han dicho de ellos. Muestra la complejidad de las relaciones humanas y el peso del azar. Muestra las mentiras, medias verdades y ocultaciones que la gente se comunica y las consecuencias lamentables de ello. Muestra las sorpresas y confusiones que se tejen en torno del amor.
Los diálogos son rápidos, cálidos y ocurrentes. Los personajes, distantes al principio, de vienen entrañables a medida que avanza la acción. El público se identifica con ellos, sobre todo con Blanche, la protagonista principal del film y “alter ego” del realizador. El proverbio que acompaña al film dice que “Los amigos de mis amigos son mis amigos”. En la cinta el proverbio adquiere un sentido menor, de carácter circular, de rotación y de intercambio sucesivo entre los personajes y sus amigos/amantes/novios. Los protagonistas parecen encerrados en círculos de intercambio de papeles que no modifican la estructura del grupo. La estabilidad de las nuevas relaciones amorosas no queda garantizada. Rohmer así lo sugiere al presentar parejas vestidas con prendas cruzadas de color.
La afición de Rohmer a la pintura le lleva a manifestar, por boca de Blanche, su admiración por los azules de Paul Klee (1879-1940), justo antes de que se proyecten imágenes intensamente azuladas en homenaje al pintor. Los colores predominantes (azul, verde y blanco) son utilizados como medio expresivo y de comunicación. El blanco del apartamento de Blanche (Blanca en español) y su decoración minimalista sugieren la soledad y la ausencia de amor en su vida. Blanche y Léa intercambian con frecuencia los colores que visten, anticipando que pueden intercambiar también amores, amigos y amantes.
Se muestra la fascinación del realizador por las nuevas ciudades, las líneas geométricas que las definen, su diseño abierto al contacto con la naturaleza. Posiblemente en el diseño del nuevo espacio urbano ve ecos de la claridad, orden, sencillez y eficacia de su estilo narrativo, deliberada y cuidadosamente natural.
La banda sonora, de Jean-Louis Valero, aporta una partitura breve de melodías alegres y bailables, de moda en 1985-86. La proyectada presencia de un fondo musical permanente, la desechó Rohmer a última hora. La fotografía, de Bernard Lutic (“La buena boda”, 1981), en color, crea imágenes de gran calidad plástica. Dedica un homenaje silencioso, pero sentido y cálido, al pintor Renoir, sus efectos de luz, el impresionismo de sus composiciones, su amor a la naturaleza y sus trasferencias de color de la luz a los objetos.
Cf. Ángel Lapresta, “Un cine del siglo XX”, ‘El amigo de mi amiga’, Wordpress, Marzo 2001.
Los diálogos son rápidos, cálidos y ocurrentes. Los personajes, distantes al principio, de vienen entrañables a medida que avanza la acción. El público se identifica con ellos, sobre todo con Blanche, la protagonista principal del film y “alter ego” del realizador. El proverbio que acompaña al film dice que “Los amigos de mis amigos son mis amigos”. En la cinta el proverbio adquiere un sentido menor, de carácter circular, de rotación y de intercambio sucesivo entre los personajes y sus amigos/amantes/novios. Los protagonistas parecen encerrados en círculos de intercambio de papeles que no modifican la estructura del grupo. La estabilidad de las nuevas relaciones amorosas no queda garantizada. Rohmer así lo sugiere al presentar parejas vestidas con prendas cruzadas de color.
La afición de Rohmer a la pintura le lleva a manifestar, por boca de Blanche, su admiración por los azules de Paul Klee (1879-1940), justo antes de que se proyecten imágenes intensamente azuladas en homenaje al pintor. Los colores predominantes (azul, verde y blanco) son utilizados como medio expresivo y de comunicación. El blanco del apartamento de Blanche (Blanca en español) y su decoración minimalista sugieren la soledad y la ausencia de amor en su vida. Blanche y Léa intercambian con frecuencia los colores que visten, anticipando que pueden intercambiar también amores, amigos y amantes.
Se muestra la fascinación del realizador por las nuevas ciudades, las líneas geométricas que las definen, su diseño abierto al contacto con la naturaleza. Posiblemente en el diseño del nuevo espacio urbano ve ecos de la claridad, orden, sencillez y eficacia de su estilo narrativo, deliberada y cuidadosamente natural.
La banda sonora, de Jean-Louis Valero, aporta una partitura breve de melodías alegres y bailables, de moda en 1985-86. La proyectada presencia de un fondo musical permanente, la desechó Rohmer a última hora. La fotografía, de Bernard Lutic (“La buena boda”, 1981), en color, crea imágenes de gran calidad plástica. Dedica un homenaje silencioso, pero sentido y cálido, al pintor Renoir, sus efectos de luz, el impresionismo de sus composiciones, su amor a la naturaleza y sus trasferencias de color de la luz a los objetos.
Cf. Ángel Lapresta, “Un cine del siglo XX”, ‘El amigo de mi amiga’, Wordpress, Marzo 2001.