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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
6
Drama En 1794 Napoleón (Marlon Brando) conoce a Desirée (Jean Simmons), una bella joven de la que se enamora locamente. Sin embargo, el absorbente mundo de la política y de la guerra llega atrapar por completo la atención y el interés del brillante general. El dilema que se le plantea es el siguiente: renunciar a la gloria o renunciar al amor. (FILMAFFINITY)
26 de enero de 2006
29 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación de la novela de Annemarie Selinko, basada en el estudio de los diarios de Desirée. Dirigida por Henry Koster (Kosterlitz), fue rodada en los estudios de la Fox. Las imágenes exteriores iniciales se tomaron en Pebble Beach (Monterrey/California). Obtuvo dos nominaciones a los Oscar (decoración y vesturio).

La acción comienza en Marsella (1794) y concluye en París (1815). Narra la historia de Desirée Clary (Jean Simmons), hija de un comerciante marsellés, de la que se enamora Napoleón cuando ella tiene 17 años. Las ambiciones de Napoleón le llevan a París, donde por conveniencia contrae matrimonio con Josephine Beauharnais, mientras ella se casa con Jean Battiste Bernadotte.

La película frivoliza la realidad con escenas espúreas, que deslucen el relato, como la rendición de Napoleón, tras Waterloo (1815), ante Desirée. La obra muestra las inmensas ambiciones de Napoleón, que sueña con dominar el mundo, aún a costa de desmesuradas pérdidas en vidas humanas y de sacrificios personales tan poco razonables como la renuncia a su único y gran amor. Napoleón encarna la megalomanía, las ansias de poder absoluto y una desproporcionada ambición. La insaciabilidad de ésta le lleva a emprender aventuras cada vez más arriesgadas, en una espiral sin retorno de sangre, dolor y derrotas. Desirée encarna el contrapunto de Napoleón: no le gustan los palacios, detesta la ostencación, se adapta mal al rigor de los formalismos oficiales, confraterniza con todos, es consciente de sus limitaciones y renuncia a honores que no la satisfacen. Bernadotte personifica la fidelidad a los ideales, la incorruptibilidad, la disconformidad con Napoleón y el éxito basado en el trabajo, en el respeto al Parlamento y en el servicio a los ciudadanos.

La música incorpora 24 melodías, algunas tomadas de autores diversos: "El vals de Desirée" (Alfred Newman), "Te Deum" (Wagner), "Plaisir d'amour" (Giovanni Martini). Las composiciones originales evocan el alma de los personajes. La fotografía opta por un cromatismo equilibrado, contrastado y matizado. Destaca la recreación escénica del cuadro de Jacques-Louis David "La coronación del Emperador" (1805/07). Se beneficia de un vestuario y unos decorados brillantes y llamativos. El guión enlaza historias de diferente tono en un solo relato, del que Napoleón es el protagonista. Los diálogos son algo artificiosos. La interpretación de Brando (29 años) es correcta, aunque inferior a sus niveles de excelencia ("Un travía llamado deseo", "La ley del silencio"). Michael Rennie cumple con corrección, mientras Jean Simmons queda deslucida en un papel en el que no se siente cómoda. La dirección, excesivamente maleable, busca la espectacularidad y el favor del público con concesiones que devalúan el film.

Película realizada para un éxito fácil y amplio, con sacrificio de la solidez de la obra y el rigor del relato. Contiene elementos de interés.
Miquel
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