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España España · Valencia
Voto de Victoria:
7
Drama. Terror. Romance Irlanda. Un hombre viudo que cree tener visiones decide compartirlas con una escritora de novelas fantásticas que se encuentra de paso en el pueblo con motivo de la celebración de un festival literario. (FILMAFFINITY)
3 de agosto de 2010
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conor McPherson tomará como punto de partida una historia corta del libro "Tales from Rainwaiter Pond" del también autor teatral Billy Roche, en la que trabajarán juntos, pero con el tiempo (pasarán unos cuatro años) se harán bastantes cambios hasta llegar a El Eclipse. En realidad es un cuento irlandés de fantasmas con breves interludios de terror.

No se trata de un film de terror sino de un cuento de fantasmas que McPherson intenta explicar desde una visión irlandesa, diciendo que durante 1000 años la gente no sabía qué había más allá, al estar Irlanda en el confín de Europa, y que ese "más allá" se interiorizó en la psique de todo irlandés uniéndose a ello el arraigo del catolicismo, religión supersticiosa y con imaginería fantasmal. Esa mezcla define bastante bien no sólo El eclipse sino toda una tradición feérica irlandesa.

Un cuarteto protagonista impecable: Estupendo Ciarán Hinds encarnando a un viudo que no ha superado su luto; Iben Hjejle una escritora que entiende de fantasmas tanto en cuanto sabe asociarlos a la realidad; Aidan Quinn encarnando a un escritor donjuanesco, gracioso, borrachín y jactancioso; finalmente, Jim Norton el suegro enfermo.

Una historia íntima y cálida donde se respira la nostalgia y el dolor de la pérdida, donde los fantasmas, generalmente, son la constatación de la realidad interior de cada uno. De manera que es fácil entender que el terror no es sino culpabilidad manteniendo una fidelidad nostálgica y, por otra parte, los fantasmas también actúan a modo de banshee para anunciar con sus alaridos la inminente muerte de alguien, y también están los moribundos que se despiden, a su manera, de este mundo.

Es decir, tenemos lo sobrenatural unido al catolicismo que, tradicionalmente, ha impregnado el imaginario irlandés proporcionando una riquísima fuente de historias.

El magnífico telón de fondo de la preciosa ciudad portuaria de Cobh y la muy evocadora Abadía de Selskar en Wexford se unirán a este cuento que, marcado con el tempo de un metrónomo, irá del romanticismo al humor interrumpido por algún fantasma que no pide permiso. Todo ello acompañado con una buena música con diversas piezas sacras a cargo de Fionnuala Ni Chiosan, siendo el Kyrie Eleison el leitmotiv de la narración.
Victoria
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