Seamos serios. Un indio en París no es una obra maestra indiscutible del séptimo arte. Es una comedia familiar con chistes simpáticos, sentimientos y París como telón de fondo. Ahora bien, no podemos ser tan serios como para ponernos a sacarle defectos a la película porque nosotros somos más cultos y más inteligentes que nadie y darle un 3 o un 4 en Filmaffinity porque es lo políticamente correcto. Me vais a permitir ser sincero: me importa un pito lo políticamente correcto. Un Indio en París la vi hace once o doce años (o sea, que yo tenía once o doce años aproximadamente) y me encantó. Después, comencé a tener mis ahorrillos y un día vi en el kiosco una promoción que consistía en comprar los dos VHS de Dos tontos muy tontos + Un Indio en París por 795 pesetas. Y me los compré. Y me divertí cosa barbara. Y hoy en día tengo roto el VHS y la peseta ha dejado de circular pero cada vez que veo alguna de estas dos historias en la tele vuelvo a disfrutar cosa barbara y recuerdo que una vez yo fui pequeño y que tuve sueños realmente grandes como enamorarme en París de una chica tan encantadora como la "novia" de Mimi-siku, regalarle cacerolas y visitar la India y vivir allí durante un tiempo.

Por eso le he dado un ocho a la película. Quizá merezca un seis o un siete pero hay que combatir tanto intelectualismo de alguna manera y yo lo hago así: como si tuviera once o doce años. Qué tiempos aquellos.