En el tercer capítulo nos enteramos por fin de en qué época se desarrolla la serie: a una técnico de la estación espacial ("El Arca") se le encomienda la misión de reparar un viejo módulo tripulado que ella identifica rápidamente como un vehículo ruso del 2103. Dado que la guerra nuclear que arrasó el planeta ocurrió un siglo atrás, la acción está ambientada más o menos a principios del siglo XXIII.

Sorprende mucho que los supervivientes de una civilización tecnológica del siglo XXII (año 2103), que son capaces de reagrupar en una sóla y gigantesca estación espacial las varias que hasta entonces orbitaban la Tierra (se supone que en alturas e inclinaciones orbitales diferentes) y que se las han apañado para mantenerlas funcionando y generar alimento, calor y oxígeno para 2.400 personas durante un siglo, no sean capaces de monitorizar de forma remota las condiciones de vida en el planeta Tierra, a apenas unos cientos de kilómetros por debajo y tengan que mandar a 100 personas a "verificar" si el planeta puede ser recolonizado. Sorprende, digo, porque a ninguna de las agencias espaciales actuales (a cerca de cien años de distancia de esa guerra nuclear que habría arrasado la Tierra) le supone mayor problema conocer con los sensores de satélites y sondas las condiciones atmosféricas, de radiación y de temperatura de los planetas del Sistema Solar (incluida la Tierra, claro). Es más, bastaría un simple telescopio para comprobar si en la Tierra habría animales correteando por ahí o si hubiera supervivientes (las fogatas se verían desde el espacio en el lado nocturno).

Y ya que por culpa de una avería en la estación andan escasos de oxígeno (aunque tengan invernaderos espaciales), ¿no se les ocurre otra forma de ejecución de prisioneros que expulsarlos de la estación a través de una exclusa ("flotar")? Porque eso mermaría de forma considerable las reservas de oxígeno (sobre todo cuando quieres cargarte a 300 personas). Y, por cierto, esa práctica generaría una desagradable cohorte de cuerpos flotando junto a la estación, que no se ven en ningún momento. Y otra cosa: ya que quieren deshacerse de 300 personas para hacer durar más las reservas de aire… ¿No sería más sencillo mandarlas a la Tierra?

Sigamos con los disparates. ¿Cómo es posible que menos de un siglo después de una guerra nuclear total que ha liquidado al 99,99% de la población humana (se supone) y que ha convertido al planeta en un páramo radiactivo y que (se supone) ha arrasado tierras y bosques por los impactos nucleares y las subsiguientes ondas expansivas y caloríficas, que (se supone) ha generado un largo invierno nuclear... ¿CÓMO ES POSIBLE QUE LOS BOSQUES PRESENTEN UN ASPECTO TAN PULCRO Y SALUDABLE? Si es que parece que una brigada de limpieza forestal acaba de pasar por ahí... Y no hablemos de esos árboles de gruesos troncos y esos ríos de aguas cristalinas... Por cierto, ¿cómo es posible que algunas formas de vida hayan mutado tan rápido?

Pero aceptemos barco como animal acuático y continuemos. ¿Nadie les ha explicado a los guionistas que en una maniobra de reentrada a alta velocidad en una atmósfera planetaria tanto la nave como los tripulantes se ven sometidos a brutales fuerzas G que les hacen quedarse literalmente aplastados en sus asientos sintiendo su peso multiplicado por tres, cuatro o cinco veces? Pues no, se ve que ese día no fueron a clase de aeronáutica y astronaútica y por eso ponen a uno de los chavales FLOTANDO dentro del módulo en plena reentrada.

¿Qué comen Los 100? Porque lo único que parecen haber cazado en los tres primeros episodios es un jabalí y una especie de perro salvaje con esteroides. Eso no da de comer a casi cien personas, pero no hay problema, porque nuestros valientes chavales tienen como objetivo alcanzar un bunker militar que a lo que se ve se salvó de los bombardeos (¿?) y en el que parece que hay grandes reservas de alimentos... ¡¡con ciento y pico años de antigüedad!! Ríete tú de la caducidad de los yogures...