La cuarta entrega de las aventuras de la pequeña Campanilla es la más floja de todas. Incluso más que la tercera, que todavía tenía algo de gracia. Se nota la pérdida de interés de la productora en la saga y que esta película ha sido hecha de forma rápida para salir del paso del compromiso adquirido. Lamentablemente, hay que decir que la calidad de la animación, de las texturas, de esta última entrega es claramente inferior a la de las películas precedentes.

Excesivamente infantil, poco tiene que ver esta Campanilla descafeinada con la sexy protagonista de las dos primeras entregas. Si Disney quiere seguir con esta serie, más le vale replantearse de arriba abajo el producto, si no quiere que incluso los niños de guardería salgan pitando de las salas de cine.