Haz click aquí para copiar la URL
Irlanda Irlanda · Gijon
Voto de pipona:
8
Drama. Comedia Es el año 1988 y el Papa Juan Pablo II va a visitar Melo, una pobre comunidad fronteriza de Uruguay. El Pontífice empezará su gira por Latinoamérica en esta pequeña ciudad en la que se espera a más de 50.000 visitantes. Los más modestos están convencidos de que esta visita será milagrosa para el alma y la cartera; mucho creen que vendiéndole comida y bebida a esa multitud se harán casi ricos. Pero Beto tiene una idea mejor: construirá ... [+]
29 de diciembre de 2008
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de esas películas que te repatean el alma. Una cinta con un potencial emocional superlativo y filmada con una simplicidad insultante.
La historia de Beto, un hombre que se busca la vida e intenta sacar a su familia de la más absoluta miseria pasando contrabando en la frontera que separa Uruguay de Brasil, y que ve la oportunidad de su vida cuando el Papa Juan Pablo II visita su modesto pueblo en la gira que este realizó por latino-América en los años 80.
Una historia de sueños y esperanzas, de pura supervivencia que pone los pelos de punta. Rodada de una forma tan veraz que asusta, y con unas interpretaciones colosales. El afecto, el cariño, el inmenso amor de una familia hundida en el fango, retratados en 3 personajes tan reales como cotidianos. La banda sonora es memorable y la fotografía apabullante.
Hay que demorarse hasta los grandes cineastas italianos de la posguerra para encontrar una cinta de estas características. Aquellos que con una simple historia eran capaces de revolvernos las tripas a la vez que denunciaban la precariedad del sistema, y que cuando aparecían los títulos de crédito a uno solo le quedaban ganas de repartir hostias a diestro y siniestro.

Su reconocimiento en varios festivales no es fruto de la casualidad, se trata de una película con un enorme y certero mensaje, una moraleja que llega muy dentro y que ayuda a descubrir las miserias en países no tan lejanos.

Una película mucho más productiva que lo que dura una homilía de Benedicto XVI desde su balcón con vistas a la plaza de San Pedro, o una arenga de Rouco Varela a las familias en multitudinarias concentraciones madrileñas.
pipona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow