Haz click aquí para copiar la URL
Voto de José (FullPush):
8
Drama Brandon (Michael Fassbender) es un joven y apuesto neoyorquino con serios problemas para controlar y disfrutar de su agitada vida sexual. Obsesionado con el sexo, se pasa el día viendo revistas pornográficas, contratando prostitutas y manteniendo relaciones esporádicas con solteras de Manhattan. Un día se presenta en su casa, sin previo aviso, su hermana menor Sissy (Carey Mulligan) con la intención de quedarse unos días en su apartamento. (FILMAFFINITY) [+]
14 de abril de 2012
22 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces pasa. Lo que se concibió como placer o vía de escape termina siendo un agujero negro del que resulta muy difícil escapar, no importa cuánto patalees ni lo grandes que tenga las tetas ésta o aquella otra, mira mira. No hay nada que mirar. Llevas ciego demasiado tiempo y los ojos no hacen caso a tu cerebro. Estás muerto en el ánimo. Se te olvidó dar de comer al alma y ahora toca pagar los platos rotos, que de los condones se preocupe el que los use. Eres un parásito que no encuentra su sitio, un esclavo sin remedio que agoniza entre espasmos de un orgasmo que no sacia y te condena a repetir, una y otra vez, con la lengua fuera, mientras devoras con ese mirar tuyo de cadáver las caderas y los labios; el perfume de un cruce de piernas en el metro. Te vuelve loco el titubeo de su rostro y te dices que el anillo de su dedo está de adorno. Como un perro desatado la babeas desde lejos hasta perderla entre la gente: vuelves a estar solo en un mundo de constantes empujones y prisas matinales... el jefe te pregunta por la hora y tú contestas que el dentista te entretuvo (te afilaba los colmillos). Un día tras otro y todos saben a lo mismo: AIRE. La vergüenza es que no te falte de nada y adolezcas de todo lo demás, de una vida con que dar sentido a tu trabajo. ¿Para qué ese sueldo si no tienes a nadie? ¿Para qué cubrir instintos básicos si no pasas de ahí? Acaso por inercia. Soberana estupidez la del sexo por el sexo, los pocos lazos que no brotan (porque el roce y el contacto hacen la unión, por muy "modernos" que seamos) ya los suple el más abismal de los vacíos.

Quien encuentre moralina en la película será porque se ha visto reflejado. Lo sé, a mí también me escuece, pero la poca experiencia vital que llevo acumulada me ha mandado un par de avisos. La impersonalidad galopante que define nuestro tiempo no nos hace más felices, ni siquiera asépticos pues nadie escapa a su contexto y las burbujas siempre acaban explotando. Lo sabe el niño que juega con jabón y sopla y sopla y sopla. Se acabó el juego. Has pasado una noche más en busca del placer, inmediato, y tanto si es que sí como si no la respuesta es parecida: ¿y bien? Y en tu cabeza un martilleo que no cesa: ¿ahora qué?

A cubrirse las vergüenzas como puedas.

[Ante tanta gratuita desnudez y tanto exceso se nos acabó del todo el asco y nos volvimos lentos; y las putas, y sus besos, dejaron de llenarnos. Quizá nunca lo hicieron]
José (FullPush)
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow