Se dice de esta obra que es sugestiva, inteligente, visionaria y reflexiva, por ejemplo.

Y yo digo que es obvia, manipuladora, pretenciosa y burda. Por ejemplo.

De acuerdo en que la premisa es muy interesante. De acuerdo. De acuerdo con que esté basada en hechos reales, ahora, ¿hasta dónde? Pues eso. De acuerdo con que el ser humano es fácilmente corrompible y el poder es siempre peligroso, de acuerdo. De acuerdo también con que el número de tarados por metro cuadrado debe ser muy alto, bastante más en Alemania, lo acepto. De acuerdo que haya muchas personas enamoradas de este filme si para éstas no existen errores de peso o en realidad soban del tema, pues no hay muchas historias como ésta, de acuerdo. Del mismo modo, no obstante, pasemos a jugar con las palabras:

-No hay sugestión si se cae machacona e ingenuamente en la obviedad (el hombre es malo).
-No hay inteligencia si es todo mera manipulación (los hechos como yo los quiero).
-No hay visión, o la hay pero en grado escaso, si se dispara a través de la pretenciosidad.
-No hay reflexión posible siendo tan burdo el resultado. Miento, la hay, pero caemos de nuevo en la obviedad (el hombre es malo). Prueben a hacer el experimento.

Aun así la recomiendo, pues resulta curiosa de ver y en ningún momento aburre. Ahora bien, menos vender motos de profundidad psicológica y estudios sociológicos. Aquí no hay de eso.