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Voto de Pas:
8
1 de octubre de 2009
30 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todas las películas en las que el alcohol es uno más de los protagonistas me impulsa irrefrenablemente a beber. Da igual que el mensaje tenga una intención moralista de alertarnos sobre los peligros de la ebriedad, como en "Días sin huella" o "Días de vino y rosas". Es una atracción irresistible la de ver a personajes que van cuesta abajo sin remedio a base de empinar el codo. Quiero ser como ellos.
En "Withnail & I" no existe un claro mensaje sobre la perfidia del borracho. Es simplemente un retrato irónico sobre la autodestrucción ("Hasta los relojes parados dan bien la hora dos veces al día", reflexiona el protagonista). Los dos personajes unidos en la pendiente son diferentes caras de una misma moneda. Uno es absolutamente nihilista y violento, Withnail, y el otro está cargado de miedos e inseguridades, "yo". Los dos deciden seguir la frase inicial de la canción "All along the watchover", que suena en la película: There must be some kind of way out of here. Su salida es ir de Londres a una aldea perdida de la Inglaterra profunda.
Quizá olvidan que lo primero que mete siempre en su maleta alguien que quiere emprender la huida son todos esos temores, incertezas y fracasos que causan la fuga. Por mucho que cambien de contexto, seguirán viviendo en la mierda, no dejarán de beber, continuarán comportándose de forma errática y solo querrán volver a los fantasmas de su pasado. Pero este hundimiento en el lodazal de la campiña inglesa tampoco puede evitar abundantes situaciones cáusticas absurdas con los paisanos del lugar. También los personajes secundarios (el tío homosexual, el camarero del pub, el cazador furtivo y el camello londinense) componen una galería caótica y simpática. Son muchas las risas amargas que impiden la desolación absoluta que podría causar la historia. Al fin y al cabo, el alcohol siempre lleva aparejado un componente gracioso de camaradería. Ese componente que en este caso provoca mi empatía. Conozco de toda la vida a estos dos perdedores que son "Withnail y yo".
Una película recomendada por un viejo compañero de épicas batallas dipsómanas no me podría defraudar. Los dos hemos librado muchas de esas batallas, pero aún nos quedan unas cuantas más.
¿Otro Gin Tonic?
¿O prefieres una copita de Jerez?
En "Withnail & I" no existe un claro mensaje sobre la perfidia del borracho. Es simplemente un retrato irónico sobre la autodestrucción ("Hasta los relojes parados dan bien la hora dos veces al día", reflexiona el protagonista). Los dos personajes unidos en la pendiente son diferentes caras de una misma moneda. Uno es absolutamente nihilista y violento, Withnail, y el otro está cargado de miedos e inseguridades, "yo". Los dos deciden seguir la frase inicial de la canción "All along the watchover", que suena en la película: There must be some kind of way out of here. Su salida es ir de Londres a una aldea perdida de la Inglaterra profunda.
Quizá olvidan que lo primero que mete siempre en su maleta alguien que quiere emprender la huida son todos esos temores, incertezas y fracasos que causan la fuga. Por mucho que cambien de contexto, seguirán viviendo en la mierda, no dejarán de beber, continuarán comportándose de forma errática y solo querrán volver a los fantasmas de su pasado. Pero este hundimiento en el lodazal de la campiña inglesa tampoco puede evitar abundantes situaciones cáusticas absurdas con los paisanos del lugar. También los personajes secundarios (el tío homosexual, el camarero del pub, el cazador furtivo y el camello londinense) componen una galería caótica y simpática. Son muchas las risas amargas que impiden la desolación absoluta que podría causar la historia. Al fin y al cabo, el alcohol siempre lleva aparejado un componente gracioso de camaradería. Ese componente que en este caso provoca mi empatía. Conozco de toda la vida a estos dos perdedores que son "Withnail y yo".
Una película recomendada por un viejo compañero de épicas batallas dipsómanas no me podría defraudar. Los dos hemos librado muchas de esas batallas, pero aún nos quedan unas cuantas más.
¿Otro Gin Tonic?
¿O prefieres una copita de Jerez?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La ESCENA:
Withnail y yo acuden absolutamente ebrios al salón de té del pueblecito. Amablemente y con flema inglesa, los viejecillos del local les indican que están cerrando. Ellos quieren tomarse algo a toda costa y no entran precisamente en razón. Grandioso contraste el de estos dos mundos antagónicos.
Withnail y yo acuden absolutamente ebrios al salón de té del pueblecito. Amablemente y con flema inglesa, los viejecillos del local les indican que están cerrando. Ellos quieren tomarse algo a toda costa y no entran precisamente en razón. Grandioso contraste el de estos dos mundos antagónicos.