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Voto de Favio Rossini:
6
7,0
68.198
Drama
Adaptación de un libro de John Carlin (Playing the enemy). En 1990, tras ser puesto en libertad, Nelson Mandela (Morgan Freeman) llega a la Presidencia de su país y decreta la abolición del "Apartheid". Su objetivo era llevar a cabo una política de reconciliación entre la mayoría negra y la minoría blanca. En 1995, la celebración en Sudáfrica de la Copa Mundial de Rugby fue el instrumento utilizado por el líder negro para construir la unidad nacional. (FILMAFFINITY) [+]
2 de febrero de 2010
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaticino dos posiciones enfrentadas entre los espectadores de la última de Eastwood: los que saldrán llorando, fruto de la emoción que les embargará esta gran historia; y los que saldrán llorando, fruto de la decepción ante un tito Clint que, como los buenos abueletes, cada vez es más fácil tocarle la fibra sensible para que te suelte veinte duritos para comprar cromos en el kiosco de la esquina.
A ninguna de las dos les faltará razón, pues “Invictus” emociona a pesar de su excesiva sensiblería. Pero hay algo en lo que todo el mundo estará de acuerdo: en que esta historia debía ser contada. Porque es necesario que la gente sepa que en pleno siglo XX, el más sangriento de la historia, había gente como Mandela capaz de mirar al pasado con perdón y al futuro con esperanza. Y ese es un mensaje que hay que llevar a un mundo en el que la venganza, la sangre y el odio a lo diferente ocupan día tras día las portadas de los periódicos. “Madiba” consiguió lo que parecía imposible: reconciliar a un pueblo dividido desde siempre en negros y blancos, en ricos y pobres. En torturadores y torturados
No me extraña que Clint no haya conseguido mantenerse al margen de esta historia. Yo tampoco lo hubiera logrado.
A ninguna de las dos les faltará razón, pues “Invictus” emociona a pesar de su excesiva sensiblería. Pero hay algo en lo que todo el mundo estará de acuerdo: en que esta historia debía ser contada. Porque es necesario que la gente sepa que en pleno siglo XX, el más sangriento de la historia, había gente como Mandela capaz de mirar al pasado con perdón y al futuro con esperanza. Y ese es un mensaje que hay que llevar a un mundo en el que la venganza, la sangre y el odio a lo diferente ocupan día tras día las portadas de los periódicos. “Madiba” consiguió lo que parecía imposible: reconciliar a un pueblo dividido desde siempre en negros y blancos, en ricos y pobres. En torturadores y torturados
No me extraña que Clint no haya conseguido mantenerse al margen de esta historia. Yo tampoco lo hubiera logrado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul. -
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed. -
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find me, unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul
Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley (1849 -1903), poeta, crítico y redactor inglés.
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul. -
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed. -
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find me, unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul
Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley (1849 -1903), poeta, crítico y redactor inglés.