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Voto de RAMON ROCEL:
9
Terror. Comedia David Kessler y Jack son dos jóvenes estadounidenses que, con sus mochilas a cuestas, han decidido pasar tres meses recorriendo Europa. En Inglaterra, en una zona rural desolada, la gente les da unos consejos escalofriantes: "no os apartéis del camino y no os acerquéis a los páramos", "cuidado con la luna". Cuando los jóvenes emprenden la marcha en la oscuridad, oyen un aullido terrorífico procedente de los páramos, pero no saben que ... [+]
29 de junio de 2009
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
El año del lobo

Hombres y lobos.
La sucia galera en que estoy a bordo de este barco de desahuciados, rumbo a una isla del viejo continente, no me hace sentir peor. Ex convictos, asesinos, violadores, psicópatas. Es la fauna que conforma la tripulación.
Tal vez algún día regrese a América. No… no lo creo, este es un viaje sin retorno. Una condena, una misión brutal para pagarle a la sociedad todo el daño que le he hecho; pero sobre todo el daño a mí mismo.
El hipnotizador me regresa más cerca al presente. Ya no estoy en la galera del barco. Estoy en Londres. En mi habitación, cerca de la media noche. Es una noche fría de luna llena y neblina. Afuera la poca gente en la calle camina abrigada. Hace frio en las calles londinenses, pero dentro de mí hay un fuego espantoso que me quema las entrañas. Mis músculos crecen, mis huesos crecen, mi pelo crece, la bestia dentro de mí está saliendo. El licántropo emerge poderoso. La maldición del nahual que alguna vez me contaron allá en México entre hongos alucinantes es verdad.
Mi envoltura humana se pierde; siento un dolor que no puedo contener. Las ropas me estorbaban. Un deseo de matar de animal salvaje brota desbocado. La sangre llama mis sentidos. Necesito carne humana, sangre humana. Corro por las calles. Mi descomunal tamaño hace añicos lo que encuentro a mi paso. El olor de la presa me excita. Un grito, un lamento surge desde mi pecho, un aullido bestial que ensordece. La cabeza de ese ser humano rueda. La gente grita. Una mujer llora cerca de mí. Los disparos se confunden con mis gruñidos.
Vuelvo al sofá del hipnotizador. Mis ojos casi no son humanos.
-Despierte… señor David. La noche quedo atrás.
-Los espectros me siguen… -
-No se sienta culpable señor David, después de todo, alguien tenía que matar al policía. Usted nos dio su cabeza. Por eso vino desde América. Acéptese David, usted es una fascinante máquina de matar. Al servicio de los humanos.
Le recomiendo por ahora, tomarse unas vacaciones, tal vez Italia. Espere el nuevo llamado de la Luna. Se acostumbrara, sera menos doloroso cada vez. Los mejores tiempos están por venir. . ¡Ah! una última cosa… por ahora no vaya al cine, está en remodelación. Ya que no le sirvió de celda, la noche que mato al policía. Y si usted va ahí, probablemente regrese el insomnio.
RAMON ROCEL
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