Corre el mes de marzo de 2007 y debido a mi trabajo, estoy hospedado en el hotel Alvear Palace de Buenos Aires. Es mi dia de descanso y voy a un videoclub. Ahí consigo la película “Eva Perón” hace años, me parece que la vi. Es un filme ciertamente deprimente. Con una actriz que se esmera en su papel, me doy cuenta de cómo la gente por estas tierras extraña y aun recuerda a esta mujer. Acá en Buenos Aires. Todavía le lloran. ¿Será acaso que fue como un ídolo? ¿Será inmortal como Pedro Infante en tierras aztecas? Después de ver el filme platiqué con un amigo en la cafetería del hotel y me relató esta historia referente al filme:

“En 1996, en Jamaica, mientras estaba en la finca de un viejo ejecutivo de United Fruit
Company, aficionado al baccarat. Platicábamos de los años en que había estado en Guatemala y en Rep. Dominicana durante las terribles dictaduras. De sucesos como el asesinato de Somoza. Y entonces le comente que acaba de ver una película de Juan Carlos Desanzo. En la que una actriz me había gustado sobre todo la forma en que dio vida al personaje de Evita Perón. Se trataba de Esther Goris. Una película muy galardonada por los “Ches”. Le pregunte al viejo ejecutivo llamado por cierto Karim, ¿Qué le había parecido el filme, si es que lo había visto?
-Recuerdo que a la muerte de Evita, yo fui enviado a sacar del país a Juan Domingo Perón, luego del bombardeo. –Dijo Karim- yo conocí muy de cerca a Evita, yo era su guardaespaldas. Y si vi la película. Cualquier película sobre esta mujer es realmente un homenaje a un ser que cumplió su misión en esta vida, a pesar del duro lastre de su enfermedad. Prefiero a esta película sobre de la que interpreto Banderas y Madonna. Aunque esta última resulte más “espectacular”. Te puedo decir que en mi tiempo que fui asignado a protegerla de sus múltiples enemigos. Demostró gran disposición. Pero era una mujer muy sola. Más que nada tenía miedo al enemigo invisible. A la depresión. Un demonio que ningún escolta ahuyenta. Ella quiso morir así. Es respetable. El valor que muestra la talentosa Goris al interpretar a Evita, es una fortaleza que necesitamos desde dentro. Por eso Evita dice: ¡No llores más por mi Argentina!”

Thetan de Rocel 1996