Que no me vengan con jaladas. Este tipo de historias de telenovela, para nada reflejan el sentir de la idiosincrasia mexicana. Es un narcótico a la mente. Tal parece que los productores se empeñan en mostrarnos un mundo totalmente alejado a los tiempos modernos. Quizás porque siguen los moldes que utilizan en las telenovelas mexicanas y que tan buenos resultados les dan hablando económicamente, pero señores ¡despierten! Esto el cine, y resulta monótono, ver a tantos actores desperdiciados mientras tomo mi taza de café, en este cómodo departamento en la calle de Cincinnati a un lado del bonito parque hundido. En la colonia noche buena, en la ciudad de México. Por eso estamos como estamos.