12 de agosto de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un acercamiento bastante interesante por lo menos como premisa, a la última dictadura militar, sin centrarse en los guerrilleros, ni en los militares, sino en una gris preceptora, que empieza a sentirse atraída por uno de sus alumnos y que para poderlo espiar tranquila, inventa la excusa de que quiere atraparlo fumando en el baño, por lo que se encierra todos los días allí para espiarlo.
Agarrándose de esa anécdota mínima, la usan como metáfora de la sociedad, sobre todo de la clase media, por lo que María Teresa es victima y victimaria o en su caso, victimaria y luego victima, de un sistema represivo que en parte aprueba y del que es participe, pero el cuál termina alcanzándola a ella.
Película muy desigual, estéticamente, es excelente, una muy buena reconstrucción de época, en cuanto a su narrativa, pues tiene sus fallos, es monótona, tal vez quería retratarnos lo repetitiva de su vida, tanto laboral como personal, pero por momentos se hace insoportable.
La forma en la que retratan al rector del colegió se me hizo bastante patética, o sea solo le faltaban cuernos para ser el diablo en persona, no creo que toda persona de ideas conservadoras tenga que ser un ser brutal, pero bueno, la película es políticamente maniquea.
El final es confuso, podrían haberlo pulido más.
Destacar la interpretación de Julieta Zylberberg.
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