La historia daba para bastante, aunque desde el primer momento tanto la guionista como la directora le impregnan un tono irreverente, que sale sobrando, para hacer humor negro lo mejor es la sutileza, no lo grosero.
Eso de que los invitados se vistieran como para una fiesta de graduación del 84, fue una de las tantas cosas innecesarias de la película.
La historia que un grupo de supuestos amigos sean expuestos por una psicópata, y se descubra de cada uno de ellos lo miserable que pudieron llegar a ser, es un concepto interesante, aunque como ya he dicho, aquí muy mal abordado.
Todo se queda en el chiste, ya que aunque sucedan cosas tremendas, ninguna de ellas se pueden tomar en serio, por estar repleto de malas actuaciones, pésimos diálogos y una estética desbordante.
Todos los personajes son bastante miserables, pero ninguno llega a ser realmente interesante, o a destacar por algo.
La película se hace larga, a pesar de ser cortísima, de hecho el final parece que fuera cortado por falta de presupuesto.
Otra cosa, la alucinación de la drogadicta, es una de las cosas más estúpidas y mal filmadas que he visto en mi vida.