Tanto el guionista como el director eligieron un camino raro, por un lado cerrar todos los interrogantes de la primera, qué pasó con Samantha y su madre, también con Riley que acababa de ser contagiado por ésta, pero a la vez diferenciarse de la misma e ir por otro camino. La primera se centraba en lo misterioso y perturbador del cambio de Samantha, tanto físico como mental, pero como nada de eso iba a ser novedad con Riley, decidieron centrarse en el tipo que le incubó el virus a Samantha, aunque tiene varias incongruencias en ese sentido y toda la parte policial da vergüenza ajena la forma en la que lo manean, el psicópata anda paseándose por todos lados teniendo una orden de captura del más lato nivel.
Creo que el humor negro de esta versión sobra, y también que se vuelve demasiado explicativa y obvia, y al final se vuelve casi una película de zombies.