Las contradicciones de un pescador que se dedica a cazar tiburones, la realidad en un pueblo costero signado por la ignorancia, la miseria, el machismo y la hipocresía, aunque también la amistad y el amor.
Con Tiburoneros y otras tantas obras, Luis Alcoriza, demostró que tenia su propio estilo, aunque muchos hasta hoy en día lo siguen comparando con su tocayo Buñuel, cosa injusta y sobre todo incorrecta, el estilo de Alcoriza es una mezcla de naturalismo, humor negro picaresco y melodrama, mientras que en el de Buñuel, prevalece lo simbólico, psicológico, religioso, etc, obviamente ambos se nutrieron uno del otro, pero cada quien tenia sus obsesiones y su manera de ver el mundo.
Aquí Alcoriza muestra las arbitrariedades, algunas conscientes y otras sin querer que comete el protagonista, al llevar una vida libre, con amante y un especie de hijo adoptivo en sus periodos en alta mar, y una mujer, sumisa como ningún, una madre y 4 hijos, en el DF.
En ella nos muestra como un hombre no puede ser feliz, sin lastimar a una de sus mujeres, como estas se ven sometidas a su voluntad, y al final como el tiburonero prefiere ser cabeza de ratón que cola de león.