Rara película, no porque sea una historia original, más bien al contrario ya que está repleta de todos los clichés del género explotación al que pertenece, sino precisamente por ser de ese género hecha en Argentina, donde ese tipo de película nunca proliferaron, exceptuando un pequeño tiempo durante mediados de la década del ochenta, pero no fueron demasiadas las mismas.
García Bogliano y compañía, se podría decir que resucitaron el género, lástima que sin aportarle gran cosa, es más diría que se limita a homenajear y seguir a rajatabla todos los lugares comunes del género, violaciones, asesinatos, tortura, y finalmente venganza.
Lo malo no es eso, ya que desde la sinopsis uno sabe lo que va a ver, pero es que todo transcurre con una lentitud pasmosa, lo que sucede podría pasar en la mitad de la película, el resto es nada, las chicas caminando, o llorando, o hablando pavadas, y poco más, sin mencionar el regodearse con escenas morbosas, pero eso ya es parte del género.
Poco que agregar más que las interpretaciones son pésimas, por momentos parece una comedia involuntaria, y creo que por eso no la dejé de ver.
Predecible, rústica, y plana.
Solo para verla por curiosidad, o fanatismo por su director, que aunque a mí me parezca de lo más raro, sé que los tiene.
Para destacar algo positivo, la entrada y la música.