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Voto de Manuel:
5
20 de septiembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película que protagonizó Libertad Lamaque bajo las ordenes de Ferreyra, completando así un trío de películas exitosísimas que convirtió a Libertad en una estrella internacional.
Aquí Ferreyra, deja la historia de amor, para centrarse en otro tipo de melodrama, el de una madre forzada, cuenta la historia de María una huérfana a la que su madre antes de morir puso al cuidado de la dueña de una pensión, sin embargo esta solo la explota y humilla, cuando una de las 2 hijas de la pensionista queda embarazada siendo soltera, obliga a que María se haga cargo de la bebe hasta que el novio de su hija termine los estudios y se case con ella.
La más "seria" de las películas del dúo Lamarque-Ferreyra, centrándose en las humillaciones e infamias sufridas por una sirvienta, estéticamente también está más cuidada que las anteriores, y brinda un trabajo más depurado de Lamarque, donde empieza a explotar su vena trágica.
En lo demás la historia es rancia como ella sola, no tiene la frescura de sus anteriores trabajos, está repleta de diálogos declamatorios, y las partes humorísticas que interpreta el pensionista que quiere ser detective, sobran y son de lo más pesadas y estúpidas.
Aquí Ferreyra, deja la historia de amor, para centrarse en otro tipo de melodrama, el de una madre forzada, cuenta la historia de María una huérfana a la que su madre antes de morir puso al cuidado de la dueña de una pensión, sin embargo esta solo la explota y humilla, cuando una de las 2 hijas de la pensionista queda embarazada siendo soltera, obliga a que María se haga cargo de la bebe hasta que el novio de su hija termine los estudios y se case con ella.
La más "seria" de las películas del dúo Lamarque-Ferreyra, centrándose en las humillaciones e infamias sufridas por una sirvienta, estéticamente también está más cuidada que las anteriores, y brinda un trabajo más depurado de Lamarque, donde empieza a explotar su vena trágica.
En lo demás la historia es rancia como ella sola, no tiene la frescura de sus anteriores trabajos, está repleta de diálogos declamatorios, y las partes humorísticas que interpreta el pensionista que quiere ser detective, sobran y son de lo más pesadas y estúpidas.