En ocasiones hemos visto películas que, por su originalidad más que por sus cualidades cinematográficas, han abierto caminos, convirtiéndose en cintas de culto.

En esta película da la impresión de que Pulido pretende rebañar un poco de cada una de ellas, al estilo gastronómico de Joey Tribbiani, el de “ Friends”: “Me gusta la lassagna, me gusta la ternera, me gusta el plátano y la nata; todo junto también debe estar muy bueno”.

Así, “The Graves” da la impresión de copiar elementos de “Los chicos del maíz” (pero El Que Camina Tras las Hileras da medio millón de vueltas al confuso ¿demonio? de “The Graves”); “La matanza de Texas” (aunque la familia de psicópatas de “The Graves” es, con diferencia, lo más patético que se ha conocido en la historia del cine; no se ha visto villanos más fáciles de matar en la vida); “Las colinas tienen ojos” (ídem; es lamentable ver a los supuestos antropófagos presentar el cuello para que las niñatas se lo rebanen); y dos o tres películas por el estilo.

Su intencíón de macedonia es tan poco disimulada que el reparto masculino se sustenta, fundamentalmente, en nombres míticos de otras series, aunque segundones. como Bill Moseley (Matanza de Texas 2) o en decadencia (Tony Todd, Candyman).

Para acabar la indigerible mezcla, al principio de la película se da una estética a lo “Bruja de Blair”, como de aficionado, que ni chicha ni limoná, y se trata de aderezar con el dúo protagonista, muy bellas pero francamente de poco talento y credibilidad.

Para llamar al público joven, imagino, añadamos los toques a lo “Thelma & Louise” de feminismo psicópata (léase el estilo “Voy a patear un par de pelotas masculinas, porque todos los hombres son unos cerdos”), tan lamentable como el machismo psicópata (léase el estilo “Voy a patear un par de culos femeninos, porque todas los mujeres son unas guarras”),

Encima, la película se toma en serio a sí mismo, con lo que resulta aburridísima…