Ivy Ho firma esta irregular obra, cargada de buenas intenciones, pero a la que le falta chispa, acidez, un humor más adulto sin llegar a ser soez, por supuesto. Se queda a medias en casi todo con la grata excepción de dos maravillosos personajes, muy bien interpretados como son la madre del protagonista y, sobre todo, su novio. Es tremendo, consigue sacarte una sonrisa sólo con aparecer en escena, qué creíble hace al personaje, gran actuación.

Lo mejor: aprendes cosas de la cultura de Hong Kong, tiene aspectos valientes en el guión y tiene dos personajes absolutamente grandiosos.

Lo peor: es hiperprevisible y demasiado pastel y su historia no aporta nada nuevo a la comedia romántica. Peca de inocente y cuenta con un "¿personaje?" hindú que no sé ni para qué está. Si no sale en pantalla la historia sería exactamente la misma.