Cuando uno ve películas de la Toho de Godzilla sabe que son películas de cine clásico, casi artesanales, sin apenas efectos especiales, pero que con ingenio y mucho trabajo conseguían hacer decorados y escenas más que decentes. No es el caso de esta cinta, que además, es bastante contemporánea (1972) poco antes que clásicos de la ciencia ficción como La guerra de las Galaxias, que están a años-luz en cuanto a calidad y efectos especiales.

Es una película de tono infantil, con personajes humanos ridículos y bastante prescindibles, con los que es casi imposible conectar, y escenas de acción que se notan que son coreografías bastante simples.

Los efectos, por llamarlo de alguna manera, son, nunca más evidentemente, monstruos que en realidad son humanos disfrazados, como siempre, pero en esta película se nota especialmente. Y los decorados, pero que incluso películas de los años 50, con muñecos simulando ser humanos de forma patética. (Nota: la escena de los personajes bajando por un cable es difícil de creer que se tome en serio).

No obstante, como todo lo que rodea a nuestro monstruo favorito, Godzilla, nos lo tragamos, aunque sea con un sabor agrio en este film.

Muy poco que rescatar de esta película para saber más de la mitología Kaiju.