Interesante film de Riccardo Freda, que en su versión inglesa pasó a ser Richard Hampton.
Dejando esto aparte (que a mi personalmente me causa un poquito de vergüenza ajena), la película es un claro ejemplo del cine de terror italiano de comienzos de los setenta, con una buena aunque simple historia, estupendo clímax envolvente y asfixiante y una adecuadas interpretaciones, con la gran y bellísima Barbara Steele a la cabeza.
Aunque de desarrollo falto de verdadera imaginación, la película resulta amena y entretiene en todo momento, sin duda por la eficacia del guión del propio realizador junto a Oreste Biancoli y un ritmo apropiado que hace se siga con interés durante todo el metraje.

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